Visibilizando

Hoy es el día de la visibilidad bisexual. Pues felicidades a todos. Yo no veo muy bien porque hace años tuve un desprendimiento de retina. Que conste que no me tomo a broma estas cosas. Creo que necesito ya una operación de cataratas. Esa a la que el oftalmólogo siempre le está dando largas porque dice que todavía no está madura. No soy bisexual, y me apunto al cincuenta por ciento por la parte de lo visible, ni me considero lo que se dice invisible, pero no veo bien, todo hay que decirlo. Realmente me gustaría tener un hueco en esta sociedad solidaria y llena de oportunidades que estamos construyendo. Por ejemplo, pertenecer a un colectivo con el que pudiera entenderme transmitiendo buena voluntad, sin que me consideren un bicho raro si alguna vez me atrevo a discrepar. La verdad es que soy un poco antiguo, como el caballero de gracia. Por lo demás, la cosa está tranquila, sin novedad.

Hay que darle visibilidad a las cosas. En eso estoy de acuerdo. Pero a todas las cosas, porque las que antes se veían claras ya no se ven con tanta claridad. Ser bisexual no es un problema. Al menos eso pienso cuando me detengo a analizarlo. Es como ser ambidiestro, y eso es un perfeccionamiento más que una rémora. No me imagino a nadie sufriendo por ese motivo, aunque todo puede ser. Si de lo que se trata es de manifestar libremente distintas formas de amarse, me parece muy bien, aunque con el amor hay que tener cuidado, como dice Sabina, porque hay amores que matan y los amores que matan nunca mueren. Son como una de esas píldoras que nos sacan falsamente de la muerte para volver a languidecer a los pocos días. La bisexualidad debe ser una experiencia doble que solo se lleva a cabo en relaciones abiertas. Así que, si se vive plenamente, se mata doblemente y se muere de la misma manera.

Bueno, pues a esto toca hoy darle visibilidad, no sea que se nos escape entre las manos y se convierta en un asunto anónimo y desconocido. Yo creo que desconocido no es, porque siempre ha estado ahí, de una forma u otra. Quiero decir que invisible no ha sido. Habría que cantar venir y vamos todos, todas y todes, con flores a María, que también sale en otra canción de Sabina. Sabina es un sabio. Casi todo está en sus canciones, como casi todo está en el Quijote. Hay gente sencilla que necesita que le recuerden estas cosas por lo menos una vez al año. Por eso tienen su día. Un día honesto, no vinculado con una operación de marketing del Corte Inglés. Un día para visibilizar. No está mal el verbo. Me he enterado un poco tarde, pero prometo que después de ver Pasapalabra, que empieza en un cuarto de hora, me pondré a visibilizar y así me ahorro el debate de Broncano y Motos que ya me tiene hasta las narices.