www.canariasdiario.com

A Powell no le gusta la miel de Hayek

Por José A. García Bustos
sábado 21 de septiembre de 2024, 15:22h

Esta semana habrán leído una noticia del tipo: “Los mercados financieros celebran un recorte de la Fed en 50 puntos básicos” ¿qué significa eso?

En primer lugar, se puede constatar que a los economistas nos encanta complicar el lenguaje para parecer que sabemos y nadie nos entienda.

Esa misma afirmación se podría decir así: Las Bolsas suben por la bajada del interés en un 0,5% anunciada por del Banco Central de EEUU”.

Otro aspecto es que nos encanta estudiar lo que ocurre en Estados Unidos, a pesar de estar tan lejos. Hay que decir que es necesario porque cuando ellos estornudan, Europa se constipa.

Una vez aclarado el planteamiento, vayamos al fondo de esta sorpresiva medida.

Normalmente, los tipos de interés se suben para dinamizar la economía cuando la inflación está descontrolada y requiere ser enfriada. Al contrario, se bajan para dinamizarla cuando la inflación está controlada y se necesita un estímulo.

Una bajada de tipos de interés fomenta el acceso al crédito para consumo e inversión. Al ser el dinero más barato, nos lanzamos a comprar e invertir, vía deuda.

El hecho de que desde inicios de 2022 hayan subido los intereses de manera continuada ha contraído el consumo y la inversión. Muchos de ustedes habrán sufrido las consecuencias viendo cómo su cuota mensual de la hipoteca se incrementaba de manera importante, si no tenían contratado un tipo de interés fijo.

Tras todo ese tiempo de subidas, ahora los intereses en Estados Unidos bajan de golpe un 0,5%. Es una gran bajada. Los que la esperaban apostaban, como mucho, el 0,25%.

Pero me da a mí que esta medida tiene trampa. Y lo digo, no solo por la magnitud de la misma, sino también por el momento en el que se ha producido: a un mes escaso de las elecciones a la presidencia en Estados Unidos.

Jerome Powell, presidente de la Fed, quiere dejar una sensación buena con alza en las bolsas y una bajada de las hipotecas de los ciudadanos en el horizonte para que vayan a votar con buen sabor de boca el 5 de noviembre.

Hay que recordar de dónde viene el personaje. Jerome Powell fue nombrado por Donald Trump en 2017 como presidente de la Reserva Federal pero pronto empezaron sus más y sus menos. En 2018, Trump expresó sus dudas en público sobre Powell por su “entusiasmo” a subir los tipos de interés.

En 2019, Trump continuó afirmando, con clara hostilidad hacia Powell, que la Fed no estaba reaccionando con la suficiente rapidez. En plena guerra comercial con China, Trump calificó las políticas de la Fed de "insensatas" y etiquetó a Powell de "enemigo". El presidente pidió su dimisión, pero Powell aguantó el tirón hasta la llegada de los demócratas, quienes renovaron su mandato en febrero de 2022 por cuatro años más, a pesar del voto en contra de la senadora Elisabeth Warren quien lo consideraba "hombre peligroso para dirigir la Reserva Federal".

Tras el cuatrienio demócrata, Powell no quiere ni soñar con la vuelta de Trump y, con esta súper bajada de tipos de interés, ha empezado su campaña a favor del partido demócrata.

Para justificar esta bajada, Powell ha afirmado que la inflación está bajo control y que la economía será fuerte en 2025.

No es cierto que esté controlada la inflación como dice Powell, quien, en su día también afirmó que iba a ser transitoria. El empobrecimiento del ciudadano americano y, por extensión, europeo durante estos años ha sido evidente. La inflación se ha comido gran parte de nuestro poder adquisitivo y su mensaje de bajada abrupta de los tipos de interés induce al engaño. La gran falacia de los datos aislados de la inflación es que no se explica que es acumulativa.

En agosto la inflación estadounidense ha cerrado en un 3,20%. Podría pensarse que esos datos son muy buenos si vemos que en septiembre de 2022 fue de un 6,63%, más del doble.

Como digo, no basta dar un dato de inflación respecto a un periodo anterior, sin más.

Puede entenderse como buena noticia decir que una persona ha engordado 3,2 kilos el último mes, siendo la mitad de lo que engordó el mes de septiembre de 2022. Reduce su ritmo de engorde, pero sigue engordando.

No es tan buena noticia cuando te das cuenta de que esa persona tiene un problema importante de sobrepeso acumulado en los años anteriores. Esa es la lectura que hay que hacer para la inflación. La inflación, como el peso, es acumulativa.

Pues bien, la realidad es que la inflación acumulada no ha parado de crecer. Y eso significa una dilución continuada del valor de nuestro dinero, es decir, un empobrecimiento progresivo.

Recuerden que la inflación no es la subida de precios (esta es su consecuencia) sino que es el aumento de dinero en circulación cuando la producción de bienes y servicios no le acompaña. Por lo tanto, para entender la inflación hay que ver cuántos dólares hay en circulación y cuál ha sido su evolución.

Y ahí es cuando se entiende todo. Según el gráfico de activos de la Fed (Wednesday level o WALCL) en Estados Unidos, el 1 enero de 2020 había 4,2 billones de dólares en circulación. Hoy hay 7,1 billones, un 69% más. Y ya le digo yo que en 4 años no ha subido la producción en bienes y servicios ese importe. Lo ha hecho aproximadamente en un 29%, mucho menos.

Todo lo que ha crecido la base monetaria por encima del nivel de producción es inflación y conlleva una pérdida del poder adquisitivo: tenemos mucho más para comprar lo mismo. Por lo tanto, cada moneda o billete que tenemos vale menos.

Tras la entrada de nuevo dinero, el efecto de la inflación se percibe con el tiempo. Es un proceso lento.

Uno de los más grandes economistas del siglo XX, Friedrich Hayek, Premio Nobel de Economía en 1974, compara este efecto con un tarro de miel vaciando su contenido sobre una mesa de mármol. La montaña de la viscosa miel tarda en esparcirse, pero llegará a todos los rincones de la mesa. El proceso es inevitable. La emisión de moneda desmesurada afectará a todos los sistemas de la economía.

En el camino, unos se enriquecen y la mayoría se empobrecen. Los primeros receptores se benefician porque tienen más unidades monetarias y compran a precios antiguos (pre subida). Quienes se benefician son el gobierno o empresas afines que reciben fondos para realizar inversiones a precios bajos y contratan mano de obra a salarios pre-inflación. Luego venden el producto de su inversión a precios altos, post inflación.

Ahora llega Powell, quien afirmó hace dos años que la inflación era transitoria en una clara metida de pata, y baja los intereses de manera abrupta afirmando que está controlada. Ni era transitoria ni está controlada.

La realidad es que hay 8 veces más dólares en circulación que en el momento antes de la crisis de 2008 y el doble que al inicio de la pandemia de 2020. Y eso es mucho dinero de más que no se corresponde con el aumento de la producción de bienes y servicios. Son muchos kilos de más en el cuerpo del obeso, dificultan el movimiento y perjudican su salud.

El anuncio de recorte de tipos de interés es, a corto plazo, una inyección de confianza en las Bolsas. Sus efectos positivos cortoplacistas llegarán hasta la elección presidencial del 5 de noviembre pero puede tener efecto limitado en el tiempo.

Powell sabe que si vuelve Trump, sus días están contados al frente de la Reserva Federal. Por eso ha hecho campaña por el partido demócrata.

A nivel particular, les digo que no se fíen de esta gran bajada de tipos. La última vez que se bajó un 0,5% los tipos de interés, también fue un 18 de septiembre, aquella vez en el año 2016, los efectos fueron nocivos. Un año después de esa bajada, la Bolsa de referencia a nivel mundial, el SP-500, se descalabró llegando a cotizar un 54% por debajo.

Esa medida funciona si la inflación está realmente controlada pero me temo que no es el caso. La miel sigue desparramándose sobre la mesa. Esa bajada de tipos hará que se active la economía, entre más crédito en la economía (más dinero vía deuda) y los precios vuelvan a subir. Más kilos para el obeso que intenta recuperarse. Lloverá sobre mojado y el obeso, tendrá más dificultad para caminar. Puede que se desestabilice y caiga al suelo. Powell quiere estar cuatro años y ya pensará en cómo levantarlo y decirle al obeso que no se preocupe porque su sobrepeso es transitorio.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios