El Gobierno de Canarias ha incumplido su compromiso con los más vulnerables. Una traición que no solo afecta a las personas beneficiarias directas de la cooperación al desarrollo, sino también a la credibilidad de nuestras instituciones y al espíritu de solidaridad que debería definirnos como pueblo.
El Estatuto de Autonomía de Canarias establece con claridad que nuestra comunidad tiene la responsabilidad de contribuir a un orden internacional justo y promover la paz y la cooperación entre los pueblos. Sin embargo, el drástico recorte de hasta un 66% en los fondos para cooperación, plasmado en los Presupuestos de 2024, nos sitúa en el último lugar entre las comunidades autónomas de España en cuanto a inversión en este ámbito.
Este incumplimiento es una traición a los ideales que deben guiar a Canarias, pero también al II Plan Director de Cooperación Canaria que aprobó por unanimidad en 2022 una senda de aumento progresivo de la inversión en cooperación. Las organizaciones de desarrollo confiamos en esa promesa para planificar nuestras intervenciones y desplegar esfuerzos en países donde miles de personas dependen de nuestra ayuda. La falta de fondos destruye los avances logrados y revela la falta de voluntad política para priorizar la cooperación como un sector estratégico para Canarias.
Esto tiene consecuencias éticas y económicas. La cooperación al desarrollo es un sector que crea empleo, impulsa la innovación social y atrae fondos internacionales. No obstante, el Gobierno parece ignorar esta realidad y opta por recortar la inversión en lugar de ver el potencial de la cooperación como un motor de desarrollo para nuestras islas.
Es inaceptable que, tras años de esfuerzo y compromiso por parte de las organizaciones, nos encontremos en la situación actual. Un sector que debería ser considerado una herramienta clave para la Agenda Canaria de Desarrollo Sostenible 2030 se ha visto descabezado, sin Dirección General durante meses y sin convocatorias del Consejo Asesor de Cooperación, lo que denota una total falta de interés y planificación.
Pero esta situación todavía puede revertirse. El Gobierno de Canarias tiene en sus manos la posibilidad de enmendar este error en los Presupuestos de 2025 restableciendo los fondos comprometidos de manera que se acerquen progresivamente al objetivo del 0,7% para el año 2030. De lo contrario, seguiremos siendo testigos del deterioro de un sector que, bien gestionado, podría contribuir tanto al bienestar de miles de personas en el exterior, como a la prosperidad de nuestras islas.
No dejemos que esta traición continúe. Miles de vidas dependen de ello.
Borja Monreal, presidente de la Coordinadora de ONG de Desarrollo de Canarias