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Simbolismo en los JJOO de París

Por José A. García Bustos
domingo 28 de julio de 2024, 12:50h

Si alguien se burla de la religión judía es calificado como antisemita, si lo hace con el islam, se le considerará islamófobo. Ambos representan una línea roja en la sociedad actual, pero parece que la cristianofobia sale gratis.

Recordarán que el escritor Salman Rushdie sufrió un apuñalamiento en el cuello y su cabeza tuvo precio durante más de una década por su obra “Versos Satánicos”. Tres millones de euros ofrecía el ayatolá Jomeini de Irán en 1989 a quien acabara con su vida, al considerar que esa novela atentaba contra la imagen del Corán y la de Mahoma. Nadie más se ha atrevido a burlarse en público del Islam.

Sin embargo, como sale gratis burlarse del cristianismo, la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París de ayer está plagada de sátira y ridiculización. El cristianismo es la religión con más seguidores del mundo. La profesan 2.900 millones de personas en el mundo, superando los 2.700 millones del islam y los solo 15 millones del judaísmo. Pero no pasada nada, la cristianofobia es woke. Si no me creen, recuerden cómo se hizo famosa Samantha Hudson con un infame vídeo, de título “Soy maricón”, en el que vertía insultos contra la Virgen María y Jesucristo, calificado con sobresaliente en un instituto de Palma.

En la ceremonia inaugural de ayer en París se pudo ver una burla sobre La Última Cena, con drags queens en lugar de Jesucristo y sus apóstoles. Sobre la mesa apareció un pitufo hermafrodita que cantaba y provocaba la alegría de las drags. Uno de los pseudo apósteles muestra un testículo fuera del pantalón mientras baila. Pero no pasa nada. El espectáculo lo justifica.

El director artístico de tal esperpento es Thomas Jolly, parece que de ascendencia judía.

Más allá de la burla al cristianismo o la falta de buen gusto, en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos pudimos ver una fuerte carga de simbolismo que nada tiene que ver con el deporte.

Ese simbolismo no es gratuito. Forma parte de la programación predictiva que emplean las élites y que otras veces les he comentado. Nos están preparando para algo. Algo que nuestra mente no rechace o se sorprenda cuando llegue.

En la ceremonia de apertura de Londres 2012 la figura de la Muerte sostenía una gran aguja en su mano y los médicos y enfermeras bailaban a su alrededor ¿No les sorprendió esta temática para anunciar un acontecimiento deportivo? Nos estaban preparando para la pandemia. Nuestra memoria implícita ya había visto eso y cuando llegó, lo aceptamos con resignación, pero sin oposición. Incluso salimos a aplaudir cada día a las 20h.

En la ceremonia de ayer vimos una especie de holograma con un jinete sin rostro sobre un caballo plateado. Según reza el Apocalipsis en el versículo 6, capítulo 8: “…he aquí un caballo pálido y el nombre que lo montaba era Muerte y el Infierno le seguía. Y se les dio potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada y con hambre, y con la muerte y con las fieras de la tierra."

En otro pasaje de la ceremonia, otro jinete sin rostro, también representando la Muerte, monta un caballo blanco, esta vez real, al que siguen todas las banderas de las naciones que compiten ¿Están siguiendo todos los países a la Muerte? ¿Nos están anunciando otra Gran Guerra?

Puede que, tras unos meses encontremos la respuesta en otro gran canal donde las élites lanzan su simbolismo: La portada de The Economist, en concreto la de octubre de 2023 cuyo título es “The World Ahead 2024” (El mundo que viene en 2024). En ella se predijo el sorprendente ascenso al poder de Claudia Sheinbaum, la nueva presidenta mexicana de origen judío e inconfundible coleta, que se encuentra en el lado de la portada junto a Zelensky y unos misiles que representan la guerra.

En el lado opuesto de la portada, la figura de Trump con un interrogante situado en el mismo lado de la oreja que sufrió las consecuencias del reciente disparo, se encuentra Putin y la paloma de la paz. Observen que un interrogante puede plantear la duda de si viviría o no tras el atentado pero, además, el símbolo de interrogación tiene forma de oreja y se encuentra en su perfil derecho, el que sufrió el impacto del disparo ¿Sabían qué iba a ocurrir tal cual ocurrió?

La mencionada portada muestra una gran urna central que representa unas elecciones como base sobre lo que se sustenta lo qué acontecerá al mundo en 2024.

Si lo que nos querían decir las élites con esta portada es que Trump sufriría un disparo en su lado oreja derecha y que si sobrevivía iba a ganar las elecciones y acercarse a Putin para conseguir la paz mundial (de ahí que aparezca la paloma de la paz junto a ellos), parece que, tras ese 5 de noviembre, fecha de las elecciones, Trump tomará el poder y se acercará a Putin para espantar el temor de la guerra.

Esperemos que el simbolismo de la ceremonia de los Juegos Olímpicos de París se queda en un espectáculo bochornoso, sin más. Ya se ha despejado la incógnita de la oreja de Trump. Ahora faltaría el resultado de las urnas y el acercamiento a Putin. Recordemos que Trump será lo que sea, pero bajo su mandato, Estados Unidos no inició ninguna guerra, algo que no ocurrió con sus antecesores. Trump ha sido el único presidente que desde 1980 no ha iniciado una guerra. Pero el premio Noble de la Paz fue para Obama. Cosas de las élites.

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