www.canariasdiario.com

No es el mensaje es el mensajero, ergo Sánchez

jueves 13 de julio de 2023, 09:22h

En el debate del otro día vimos la cara B de Sanchez , un Sánchez perdedor que mostró y escenificó eso que llamamos una herida narcisista, más bien una hemorragia yoica, en la que su im-potencia/pre-potencia y frustración salían a borbotones inundando el plató para la desesperación de sus acompañantes y sus cien ayudantes . Sánchez no atendió a asesores, su personalidad se lo impidió.

Apareció lo que no puede controlar ni gestionar: su tendencia a la exhibición narcisista. Se lo tomó como Doc Holliday en el duelo de OK Corral, menospreciando a su oponente , que le dio un repaso de padre y señor mío. El narcisismo patológico, la vanidad y la megalomanía conlleva el pensar que uno mea colonia, que se desayuna con Dios y que luego se baja a la tierra, donde los demás son seres inferiores. La ansiedad anticipatoria se adueñó de Sanchez que paseaba por el plató como un boxeador lo hace en el cuadrilátero antes del combate.

Como contrapunto la serenidad de Feijóo que debió de regodearse ante la hiperactividad y la intranquilidad del presidente. Su actitud se basaba en algo que no falla, en su confianza, seguridad y en la preparación que había hecho junto con sus asesores y estoy seguro con algún psicólogo o terapeuta que le dio pautas de cómo manejarse con una persona donde la humildad brilla por su ausencia y que vive enganchado a la mentira compulsiva. La tralla de Feijoo fue desde el primer instante y Sánchez bloqueo, se descompensó y el mismo se puso la soga al cuello. Se deshizo como un lazarillo y ahí mostró cómo toleran la frustración los ególatras. Rabia, nada más que rabia.

Mientras en el candidato mandaba su lóbulo frontal, en el presidente (que ya jugó a ser ex) el circuito límbico muy estresado trabajaba a destajo. La racionalidad versus la emoción descontrolada y la ansiedad a raudales. De ahí la defensa tipo “coitus interruptus” en el que se convirtió el debate. Cuando Sánchez tomó conciencia de que perdía, su desempeño en el debate todavía empeoró. Al final acabó poniéndoselo a huevo a Feijo, que sentado, sin despeinarse y dando una imagen de serenidad, de moderación y de saber estar, había trasladado a muchos televidentes que el futuro es el y que da más confianza una persona que es capaz de controlarse, de no ser impulsivo y que opta por la respuesta reflexiva y no por la reacción. Cuando mentimos lo hacemos para cuidar nuestra autoestima pero cuando se falta a la verdad de forma sistemática y por costumbre ya hablamos de un estilo de vida mitómana.

¿Porque Sánchez se ha enganchado a mentir a diestra y siniestra? ¿Porque se lo toleran sus diputados? ¿Por qué no es masivamente penalizado por la ciudadanía que debería de tener un presidente del cual sentirse orgulloso? ¿Qué daño le hace a la imagen de España, un presidente que pasea, sin ruborizarse una aureola de mitómano full time?-

Bien, ya lo conocemos. No hace falta psicoanalizarlo o sentarlo en un diván para analizar sus complejos, tenemos un deber como ciudadanos y es hacerlo invisible. No nos lo merecemos. No es cuestión de mensajes, es cuestión de relevar al mensajero.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios