En las fiestas navideñas todo es risa y diversión hasta que llega la vuelta a la normalidad y, con ella, la cuesta de enero. Entonces solemos lamentarnos de algunos gastos desmesurados que hicimos en plena celebración y que quizás no eran necesarios. Y a eso se añade la actualización de los precios con el inicio del año, porque siempre queda margen para que estos suban, por muy elevados que estos estén. Sobre todo, los de los productos que llenan nuestra cesta de la compra, que empieza a convertirse en un mal de cabeza para muchas familias, obligadas a una economía de guerra doméstica para poder llegar a final de mes. Si encima usted es autónomo, ya sabe que la cuesta de enero viene acompañada del correspondientes IVA e IRPF del último trimestre del año anterior. ¿Quién dijo miedo?
La suspensión y rebaja del IVA en los alimentos de primera necesidad, el cheque de 200 euros para familias vulnerables o la congelación del precio de los alquileres anunciado por Sánchez antes de las Navidades son tiritas frente a la sangría de pérdida de poder adquisitivo que acumulan las familias desde hace muchos meses y que todo indica seguirá acrecentándose a lo largo de este 2023. Nada indica que no vaya a ser así y, por si esto fuera poco, encima tendremos que aguantar a nuestros políticos en campaña electoral.
Mientras, la actualidad en este inicio del 2023 tiene nombre de mujer. O mejor, de mujeres, en plural. Una es cantante, colombiana, con casa en Barcelona, y que ha encontrado en el despecho un filón para volver a escribir ‘hits’ musicales que hacía tiempo no editaba. Shakira, que no debe obediencia militante a ningún partido, al menos que se conozca, ha sobrevolado libre sobre su venganza contra su ex, Piqué, retirado a tiempo del futbol ante lo que debía presumirse. Una venganza servida en plato frío a través de una canción, que es lo que ella sabe hacer. Y, de paso, haciendo caja. Que tiene deudas pendientes con Hacienda y su canción a ritmo latino, dicen que plagiada, está siendo la vía más rápida para recaudar dinero. La cuesta de enero es menos cuesta para Shakira, que vale “más que de 2 de 22” y se considera un Ferrari y un Rolex frente a otras, según repite en su ‘pelotazo’ musical.
Tras la ruptura con el ex del Barça, la cantante colombiana ha pasado de cantarle “un mojito, dos mojitos, mira qué ojitos bonitos” o “contigo yo tendría diez hijos” a decirle “me di cuenta que lo tuyo es falso” y reprocharle que la ha tratado “como una más de tus antojos”. El amor y el desamor, lugares comunes para la creación artística, pero en este caso con rostros conocidos, lo que añade más morbo y eso ya sabemos que vende mucho en nuestro país.
Para los que el año también ha empezado mejor de lo previsto es para algunos violadores encarcelados por sus barrabasadas, a los que gracias a la ley del ‘solo sí es sí’ de la ínclita ministra Irene Montero, se les han rebajado sus penas, por lo que podrán salir antes a la calle para volver a sembrar el terror y agredir sexualmente a las mujeres. Ya son más de 200 los agresores y miserables beneficiados por la aplicación de la Ley Montero, que lleva escondida en la madriguera para evitar el bochorno público, después de haber acusado de “machistas” a los jueces que aplican el texto normativo redactado por su departamento y aprobado por el Gobierno. Pero, por si fuera poco, sale a escena la secretaria de Estado del Ministerio de Igualdad, también mujer, y se permite el lujo de frivolizar sobre una tragedia como la agresión y la violación de mujeres. El año 2023 arranca en femenino plural, con una cantante despechada y una ministra amortizada.