Amazon 10.000, Meta (Facebook) 11.000 y Twitter 7.500. Estos son los empleados que las grandes tecnológicas planean despedir en el corto plazo. De hecho, ya han empezado. Elon Musk ha dado un nuevo uso a su nueva herramienta dando reprimendas e incluso despidiendo por tuit y en directo a alguno de sus ingenieros.
¿Por qué tantos despidos? Podría pensarse que estos redimensionamientos de la plantilla responden al endurecimiento de las condiciones del entorno. Ya sabemos que las subidas de tipos de interés tienen como una de las principales consecuencias, la reducción del personal.
Ese entorno macroeconómico, por cierto, perjudica a Europa y beneficia a Estados Unidos con un dólar imparable. El gas que Europa compraba a Rusia ahora lo compramos mucho más caro a Estados Unidos. La explosión del gaseoducto trajo estas consecuencias. Además, antes del conflicto, los grandes productores de materias primas eran Rusia y Estados Unidos. Ahora, éste último provee sin sanciones al resto de Europa. Esta guerra está decantando la balanza hacia un lado.
Hay quien piensa que, tras la pandemia, las empresas tecnológicas crecieron desmesuradamente y contrataron a doquier. Aora toca redimensionarse a la baja porque se pasaron. Sabemos que la pandemia sirvió de catalizador para los modelos de negocio digitales. Digo yo que si su modelo de negocio fuera sostenible, no acometerían esos despidos. Debe ser por otra causa.
Podría pensarse que lo que se está agotando es su modelo de negocio, basado en el “todo gratis pero a cambio de tus datos”. Creo que algo de eso hay. Bastante se han aprovechado de nuestra información y su modelo está quedando arrinconado a medida que la Web3 avanza con un modelo basado en el “nada gratis” sino todo a un coste ínfimo basado en micropagos pero siendo cada uno propietario de sus datos. Una muestra es que Elon Musk, recién estrenado propietario de Twitter, va a exigir un pago de 8 euros mensuales para algunos perfiles de esa red social. No son micropagos pero parece que el modelo del todo gratis agoniza.
Amazon no vive de nuestra información y está entre los grandes despedidores. Como tampoco Lyft, Robinhood, Coinbase y otras tantas empresas de sectores diferentes planean despedir o están despidiendo a trabajadores. Tiene que haber algo más.
Parece que estos reajustes a la baja nos están alertando de algo que está a punto de reventar. Las acciones de Amazon y Meta se han pegado unos buenos descalabos tras presentar resultados.
Para mí, hay dos aspectos antagónicos que confirman que la cosa pinta mal. Primero que el gobierno de España diga que vamos a crecer mejorando sus previsiones afirmando que la economía avanzará un 4,4% en 2022. Me río.
La ministra de Economía Nadia Calviño ha afirmado que “el gobierno ve una fuerte actividad con creación de empleo y un fuerte aumento de los ingresos fiscales, por lo que todo indica que la economía sigue creciendo con fuerza”. Ya le digo yo que lo primero se ha dado tras una excepcional temporada turística tras dos veranos en la miseria Estamos recuperando, sí, pero venimos de los últimos puestos de Europa.
Y sobre el aumento de los ingresos fiscales le diría que es gracias y a pesar de la inflación que ha hecho aumentar todas las bases imponibles sobre las que tributamos ciudadanos y empresas, empobreciéndonos más que nunca. Como para que el gobierno saque pecho de ello.
El otro aspecto que me hace presagiar lo peor es el corto de Michael J. Burry, Y no me refiero a su estatura sino que ha afirmado en uno de sus escasos tuits que “No tenéis ni idea de cómo estoy de corto”. Estar en corto es posicionarse para ganar dinero cuando el mercado baja.
Michael es una voz autorizada y no la del gobierno español. Michael previó la crisis de 2008 e hizo mucho dinero con ella poniéndose en corto cuando el precio de la vivienda no paraba de subir. Nadie le creyó cuando invirtió a la baja tras ver que la subida era insostenible y la burbuja iba a explotar. Michael observó unas variables que mostraban la inconsistencia en el modelo basado en la subida constante de precios.
Ninguna subida es infinita. Los niveles de deuda, tampoco. Apostó a la baja y ganó. Pueden ver la película que recoge todo esto. Se titula “The Big Short”. Muy recomendable.
Michael se muestra muy lacónico en Twitter pero cuando habla hay que escucharle. Ray Dalio, otra voz más autorizada que Calviño también prevé un desplome de las Bolsas.
Parece que viene una corrección importante. Quitando el casino que se han convertido la mayoría de proyectos de criptomonedas solo queda pensar que lo que pueda explotar sea una de las dos siguientes cosas: la deuda o una bomba de las de verdad en el conflicto ruso-ucraniano. Hablando del casino cripto, el hundimiento del Exchange FTX ha iniciado la depuración de proyectos sin utilidad.
Sobre FTX, aún se están descubriendo efectos colaterales que pueden traer más cola.
Tras George Soros, el mayor donante del partido demócrata estadounidense, con una aportación de 40 millones de dólares, encontramos a FTX. Ahí es poco.
Las malas lenguas ven una conexión entre esa donación y la guerra en Ucrania. FTX se ofreció al Ministerio de Finanzas de Ucrania, parece ser con el beneplácito estadounidense, para recolectar criptomonedas que ayudaran a financiar los gastos de la guerra. El gobierno ucraniano ha conseguido donaciones en criptomonedas por valor de 60 millones de dólares. Algunos ven una relación entre haber permitido a FTX colaborar con Ucrania y la devolución a los demócratas de gran parte del dinero, vía donaciones. De ser cierta, los estadounidenses también estarían ganando dinero con esta guerra pero solo el partido demócrata. Vaya idea más peregrina ¿no?
Bueno, volviendo a lo que nos viene. Entre lo que dice Nadia y lo que dicen Michael y Ray me quedo con los últimos. Si están dentro de las inversiones, esperen. Los proyectos buenos, los que aportan utilidad, se recuperarán con fuerza. Si no están dentro, tienen dos opciones: estar en corto como Michael, aunque esa postura tiene riesgo y requiere experiencia. Otra opción es guardar dinero en efectivo para comprar barato cuando todo pete. Tengan cuidado.