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Nos gusta el dinero en efectivo

Por José A. García Bustos
sábado 22 de octubre de 2022, 09:29h

9 de cada 10 encuestados por la consultora Gad3 defienden la existencia del dinero en efectivo. Incluso, a pesar de las limitaciones gubernamentales, se está usando más que antes de la pandemia. Las principales razones que argumentan los encuestados son: tiene un menor riesgo de fraude que el dinero electrónico, facilitan el control de los gastos y defienden la privacidad, según el 72,1% de los encuestados.

Lamento decirles que el gobierno tiene unos planes muy distintos. Y no me refiero al gobierno central, que es un mandado. Me refiero al gobierno en la sombra, a los que marcan las órdenes desde arriba. En concreto, a los dirigentes de los Bancos Centrales, controlados por las familias de banqueros más poderosas del mundo. Porque, por si no lo sabía, los Bancos Centrales no son públicos. Son privados y están en manos de gente poderosa.

Merece la pena recordar brevemente la historia de la creación de la Reserva Federal, el banco central más poderoso del mundo, con el permiso del de China. La he contado por aquí alguna vez. Les recuerdo que se creó, con nocturnidad, en plenas fiestas navideñas de 1913. Concretamente el día antes de Nochebuena.

El origen de la creación de la Reserva Federal tuvo lugar años antes, concretamente en 1907, en casa del banquero Jonh Pierpoint Morgan (dueño del poderoso banco JP Morgan) que juntó en secreto a los 120 financieros más importantes de Nueva York en la biblioteca de su casa. Se dice que cerró las puertas con cadenas y avisó de que no dejaría ir a nadie hasta que no se alcanzara un acuerdo. Se pretendía aportar liquidez en la economía en unos momentos en los que había pánico a entrar en un colapso financiero. Otra vez el miedo sirvió como excusa para conseguir un objetivo. Era el tercer intento en crear un Banco Central. Los dos anteriores fracasaron. La putilla al miedo la dio un acontecimiento natural como fue el gran terremoto y posterior incendio de San Francisco en 1906 que dejó 10.000 fallecidos y la pérdida de 300.000 hogares.

Pero no todos los ricos estuvieron de acuerdo en centralizar en manos privadas el poder económico de Estados Unidos. Los tres millonarios que ofrecieron mayor oposición se llamaban Benjamin Guggenheim, Isidor Strauss y John Jacob Astor. Los tres tienen algo en común: sus cadáveres se encuentran en el fondo del mar. Todos se hundieron con el Titanic, cuyo único viaje tuvo lugar unos meses antes de la creación de la Reserva Federal y cuyo propietario era JP Morgan que anuló su viaje horas antes de que zarpara ¿no extraña que el dueño no asista a un evento tan aclamado por las clases altas de la época como era el viaje en el majestuoso e insumergible Titanic?

JP Morgan, la familia Rothschild y la familia Rockefeller fueron los principales fundadores de la Reserva Federal. Con el tiempo se ha visto que el negocio de esta entidad es muy lucrativo. Una vez que en 1971 se eliminó el patrón oro, tenían la posibilidad de crear dinero de la nada y cobrar interés por ello. Un fraude legal. Emita usted un cheque sin fondos (versión doméstica de inventarse dinero de la nada) y verá lo que le ocurre.

Perdonen este recordatorio pero creo importante refrescar quien está detrás de la Reserva Federal y del resto de Bancos Centrales.

Esa gente tan poderosa, como digo, tiene unas intenciones diferentes a lo que la mayoría de la gente quiere respecto a seguir empleando el dinero en efectivo. Quieren restringir su uso hasta eliminarlo e implantarán las monedas digitales de los Bancos Centrales que, como saben, será dinero ingresado en nuestras wallets (carteras) directamente desde el Banco Central. Hay que ver cuál será el papel de los bancos comerciales en ese nuevo entorno.

El tercer motivo por el que se quiere el dinero en efectivo, según la encuesta Gad3 mencionada, es el de la privacidad y los Bancos Centrales se la cargarán de un plumazo.

Las élites financieras no quieren privacidad de los que consideran sus súbditos. Quieren saber en qué gastamos, cuándo lo hacemos y dónde. Quieren conocer al dedillo nuestro comportamiento. Así lo ha recordado esta semana un jefe del Fondo Monetario Internacional, un chino de nombre Bo y apellido Li que incide en las ventajas de los datos obtenidos por nuestras transacciones mediante el dinero digital central.

Ese Big Data que generarán nuestros pagos por consumo podrá ser utilizado por los proveedores de servicios, por ejemplo, los bancos para saber si somos merecedores de un crédito sin necesidad de aportar papeles o someternos a un scoring. Bastará que vean en qué gastamos el dinero, cuántas veces y a qué horas. Si les satisface, seremos merecedores del crédito.

Pero además, este directivo del FMI afirma, sin sonrojarse, que se podrá programar el dinero para funciones políticas específicas y aquí viene lo bueno. Afirma, y cito textualmente que “se podrá programar dinero para acceder a cupones de consumo o cupones de comida. Ese dinero solo servirá para dichos fines. Y, sí, lo ha dicho: Cupones de comida.

1984 está cerca.

Como ven, la gente quiere una cosa y el poder la contraria. Pero nos lo impondrán o nos lo venderán con un exquisito marketing, como hacen con todo, y acabaremos aceptándolo. Y, si hace falta, aplaudiremos a las ocho.

Prepárense para ver en televisión las bondades del dinero digital central. Aparecerán expertos que, tras haber debatido de vacunas, volcanes o cambio climático, expondrán las bondades de dejar de lado el dinero en efectivo y pasarnos a aceptar el dinero digital centralizado. Recuerden que ya denostaron el dinero en efectivo afirmando que era transmisor del virus. Bitcoin se postula como una solución al dinero centralizado.

Bitcoin es privado y permite realizar pagos de persona a persona a precios extremadamente bajos. Su creador quiso ser más rápido y barato que Visa y lo está consiguiendo. Solo falta mayor aceptación.

Por eso, los gobiernos no se lo pondrán fácil a Bitcoin. De ahí que en la Unión Europea estén intentando prohibir la minería (PoW) con la excusa, otra vez más, del cambio climático y la contaminación. Elon Musk hizo de punta de lanza y China ya ha echado a los mineros de su país. Los mineros son agentes necesarios para que Bitcoin exista.

Están allanando el camino hacia las monedas digitales centralizadas. Si somos buenos ciudadanos podremos viajar y comer sin restricciones. Eso sí, ellos dirán qué hay que hacer para ser considerados como buenos ciudadanos. Olvídense de comer carne o pescado como ahora. Nos dirán que las vacas son las causantes del cambio climático y que estamos esquilmando los océanos de peces o éstos tienen metales o microplásticos en su interior ¿Se han percatado de que algunos famosos están intentando introducir los insectos en nuestro menú? En Holanda los han empezado a introducir en algunos colegios. Pues eso.

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