María Dolores de Cospedal (exsecretaria general del PP y exministra de Defensa); Ignacio López del Hierro (marido de la señora de Cospedal); Alicia Sánchez Camacho (expresidenta del PP catalán), Jorge Fernández Díaz (exministro del Interior); Ignacio González (expresidente de la Comunidad de Madrid); Baltasar Garzón (exjuez de la Audiencia Nacional); José Luís González Armengol y Antonio Viejo (exdecanos de la judicatura madrileña); Fernando Andreu, Fermín Echarri y Teresa Palacios (magistrados); Francisco Martínez (exsecretario de Estado de Seguridad y número dos del Ministerio del Interior); Eugenio Pino (exdirector adjunto Operativo del Cuerpo de Policía española); José Luís Olivera (jefe de la UDEF); Enrique García Castaño (exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo)...
¿Qué tienen en común todo este listado de “personajes”?
Pues “mire usted” (como dicen en los Madriles): esto es, sólo, un breve listado de algunos de los seres humanos, “españoles todos” (como decía el Caudillo), que fueron grabados, en distintas ocasiones, por el “crack” de la Policía Patriótica señor José Manuel Villarejo Pérez (El Carpio, Córdoba, 1951); los más relevantes, por lo que parece... y, de momento, claro.
Las citadas grabaciones (difundidas por los medios cuando les conviene y hábilmente filtradas por el señor Villarejo) se produjeron en conversaciones telefónicas o presenciales entre esos “personajillos” (pillos, ellos) y el propio grabador que, a su vez, utilizaba técnicas periodísticas para hacerles “cantar” lo que quería “escuchar”. Por ejemplo, a base de preguntar por un determinado tema para sonsacar a sus “inocentes víctimas”: “¿Qué te parece “lo” de Trías?... y, su interlocutor, con toda la confianza y usando una cháchara incontestable, le soltaba sus ideas (no sólo maquiavélicas, si no con mala leche, sin pasteurizar, por descontado).
Lo que se desprende de todas estas conversaciones grabadas, que no manipuladas, huele a aguas fecales de alta intensidad; sin filtros ni pachangas... así, a lo bestia.
El daño (personal, político y profesional) que estos diálogos han provocado en determinadas personas inocentes nunca podrá ser reparado. Se trata de gente mala, mala, malísima... unos demonios en forma de homínidos salvajes, sin escrúpulos, sin pizca de respeto humano, sin tapujos sobre derechos fundamentales... malos, pésimos, malvados, malignos, pérfidos, viles, canallas, maléficos, execrables, nefastos, funestos, estropeados mentales y una serie más de adjetivos que doy por incluidos.
¿Ustedes se han fijado bien en los cargos públicos que ostentan o han ostentado esta serie de pazguatos que tenían como propósito “reventar” la democracia en España, desde sus puestos de “cloaqueros” oficiales, pagados por el erario público, o sea, por todos nosotros, ustedes incluidos? Esa democracia, la misma, que se ponían constantemente en sus labios para, supuestamente, defenderla a base de eslóganes en los que figuraban expresiones como “España es una democracia “plena”... o bien, “España es una democracia de “pleno” derecho?
Y ahora, lo más curioso, lo más inverosímil: ¿ha entrado alguna denuncia en la Fiscalía contra esta “operación de Estado”, realizada con la máxima impunidad? “Ha salido, ante los medios o ante las instituciones nacionales, alguno de estos protagonistas de las grabaciones para “intentar” explicarse? ¿Nadie va a denunciar a los jueces o magistrados que asistían a estas prácticas miserables? ¿Alguien se puede creer, de buena fe, que los “altos Mandos” del Estado y, consecuentemente, del Gobierno de aquellas épocas, no sabían nada de nada sobre estas alucinantes operaciones? ¿Tan lerdos eran nuestros dirigentes políticos al más alto nivel, que no se “enteraban” de nada de lo que se estaba cociendo en sus cuartos traseros? Por citar, sólo, un ejemplo: el señor Presidente del Gobierno de España, don Mpuntorajoy, ¿no conocía las cuitas criminales de su ministro del Interior? ¿Su Secretaria General en el Partido Popular -la lista gobernante-, señora de Cospedal, no informó, nunca, jamás de los jamases, a su “jefe de filas”, de lo que estaba ocurriendo bajo el culo de sus asientos políticos?
¡Venga, hombre: un poco de seriedad, por lo menos!
Sobre el comportamiento de Villarejo, ya hablaremos en otro momento: es harina de otro costal.
Del espionaje de “Pegasus”, también lo analizaremos en otra ocasión.
Las enormes muestras de cristiandad del exministro Fernández Díaz serán objeto de otras revisiones posteriores.
¡Cómo me gustaría creer en la justicia que se imparte en España!
Lo digo muy en serio. No me ha afectado, de momento, la ola de calor; aunque sí que estoy sofocado y me sonrojo con la manera de actuar de algunos (algunos, repito) de nuestros representados políticos... y, por supuesto, de algunos dirigentes que se arrogan grandes dosis de honestidad para salvaguardar sus vergüenzas.
¡Refrésquense!
Si (
No(
