Ser el hombre más rico del mundo no está al alcance de cualquier. No ya porque el ciudadano medio pueda carecer de una adecuada cultura empresarial o financiera para lograrlo sino porque requiere unos valores humanos inusuales.
Yo diría que para llegar a lo más alto hay que tener ambición, afán de superación, persistencia y, a veces, falta de escrúpulos. Son cualidades que, en mi opinión, tiene que tener un multimillonario.
Personalmente, no creo que siendo filántropo se puede llegar a amasar una fortuna multimillonaria. Básicamente porque dividir la fortuna entre los demás es lo opuesto a amasarla y hacerla crecer. La búsqueda del bien común no hace ricos. La del bien propio, sí. Por eso, un empresario multimillonario y filántropo es una contradicción. Me podrán decir que una vez en la cima lo multimillonarios se vuelven filántropos y deciden devolver a la sociedad una parte de lo que han ganado. Bueno, alguno habrá. La gran mayoría monta Fundaciones para mejorar su imagen y por un tema de ahorro fiscal.
Elon Musk ha comprado Twitter y afirma que lo ha hecho con el fin de salvaguardar la libertad de expresión. El precio de su loable acto ha sido de 44 mil millones de dólares. Los accionistas minoritarios habían dicho, de primeras, que de ninguna manera iban a vender. De la noche a la mañana todos han aceptado la oferta de Elon como por arte de birlibirloque.
Elon ha pagado por Twitter una cantidad que, puesta en contexto, equivale al PIB de Uruguay y supera al de Jordania y Túnez.
¿De verdad que ha pagado semejante importe por la defensa de la libertad de expresión, sin más? ¿Se garantiza la libertad de expresión comprando solo una red social? Al principio, yo también me lo creí.
Elon Musk no ha mostrado en el pasado excesivas muestras de filantropía con la humanidad.
Desde pequeño siempre tuvo claro que quería mejorar el mundo. Pero no como un buen samaritano. Lo iba a hacer de manera privada, montando empresas, asumiendo riesgos y obteniendo beneficios. Ojo, como debe ser.
Si fuera un gran filántropo y buscara un bien común pondría a disposición de la humanidad sus coches eléctricos para luchar contra el cambio climático o pondría sus satélites y naves aeroespaciales al servicio de la NASA y la ciencia. No sé si de manera gratuita pero sus vehículos Tesla no son precisamente baratos y la NASA es cliente cautivo en SpaceX, su otra empresa.
Existe un episodio poco conocido de Elon Musk. Daniel Alonso (con usuario de Twitter: @danialonpri) en un súper hilo de tuits del 26 de abril, nos desvela una información de Bloomberg de 2008 (https://archive.ph/wRCvZ) que afirma que Elon Musk, junto a Leonardo Di Caprio y otros personajes conocidos (invito a visitarla), perteneció al programa de Jóvenes Líderes Globales del Foro Económico Mundial cuyo fin es aupar a ciertas personas en la vida política y empresarial. Alto ahí ¿Ha dicho el Foro Económico Mundial? ¿El que nos dice aquello de “no poseerás nada y serás feliz? ¿Tú también, Elon?
Yo también me creí lo de la lucha contra la libertad de expresión y pensé que ni Blackrock ni Vanguard, fondos con mayoría en las principales empresas del mundo, iban a venderle la totalidad de las acciones de Twitter. Compran y compran pero nunca venden. Hasta ahora.
Esto me hizo sospechar. Y ahora me llega esta información de la pertenencia de Elon desde joven al Foro Económico Mundial. Todo cuadra. Si Elon fuera el enemigo no le hubieran vendido nada. Estos fondos no necesitan el dinero. Tras este movimiento puede haber un lavado de cara de los poderosos. Elon es más de lo mismo aunque con una imagen más moderna que incluso, puede llegar a caer bien.
Por cierto, no se crean que le va a costar mucho a Elon recuperar esta inversión en Twitter. En breve afirmará que esa red social apoya Dogecoin de alguna manera y su cartera, la más grande en esa moneda, se revalorizará y le permitirá recuperar su inversión en un periquete. Ha estado empleando su cuenta de Twitter a su antojo para subir la cotización de esa moneda. A partir de ahora se amplificará el mensaje de euforia sobre Dogecoin. Lo hará, no solo como Elon sino también en nombre de Twitter.
Entonces ¿para qué puede querer Twitter?
No me cabe ninguna duda de que, como Facebook, es para monitorear las opiniones de los demás con el fin de manipularnos. Pero además, hay que tener en cuenta que Elon es un amante de la Inteligencia Artificial como herramienta para mejorar nuestras vidas. Ya lo está empleando en sus coches sin conductor en Tesla. Con Twitter, la Inteligencia Artificial tendría millones de comentarios que monitorear y conocer cómo pensamos. Por eso ha afirmado que lo primero que quiere hacer es eliminar los bots que son robots y distorsionan el comportamiento humano. Él quiere conocer a personas reales. Twitter es un foro de opinión muy nutrido, probablemente el más grande del mundo, con 322 millones de cuentas activas que ahora tendrán barra libre para decir lo que piensan.
Cuánto más saben sobre nosotros, más esclavos somos de ellos. Lo comenté en su día al referirme al Metaverso centralizado que propugna Facebook. Porque las redes centralizadas utilizan nuestra información en su beneficio. Por eso soy un firme defensor de lo descentralizado, donde somos dueños de nuestra información. No en vano, Elon Musk criticó hace poco la Web 3 (descentralizada). Les interesa mantener el control.
Para poner en contexto la adquisición de Elon Musk, no olvidemos otro gran proyecto que tiene relacionado con la Inteligencia Artificial: Neuralink que intenta incorporar un chip al cerebro para poder llegar a controlar objetos con nuestra mente. Ya lo está probando con monos. Llama la atención las fotos de esos primates con cables y sensores en su cabeza.
Entramos en el resbaladizo campo del transhumanismo, otro de los sueños del Foro Económico Mundial: un mundo lleno de robocops, hombres con partes cibernéticas para mejorar, según ellos, la especie humana.
Vistas en conjunto las empresas de Elon Musk, se entiende mejor el plan. Twitter, Neuralink y SpaceX son, junto a Tesla, las tres empresas principales de Elon Musk. La primera (Twitter) alimentará el conocimiento que la Inteligencia Artificial empleará para fusionarse con los humanos en la segunda empresa (Neuralink). La tercera (SpaceX) nos llevará a Marte cuando aquí se haga insostenible la vida.
Eso mismo nos advirtió el prestigioso científico Stephen Hawking. De las cuatro amenazas a las que enfrenta la humanidad, la del sometimiento a la Inteligencia Artificial era la más probable. Afirmaba que los humanos tenemos una evolución biológica muy lenta y que las máquinas llegarán a superarnos y doblegarnos pronto. También aconsejó el científico explorar la vida en otros planetas porque en este sería insostenible.
¿Creen que me he pasado de frenada con todo esto que les he contado y que lo único que ha ocurrido es que el hombre más rico del mundo ha comprado una red social? Hacen bien en cuestionarme pero Elon no da puntada sin hilo. No se llega a la cima porque sí. Tenemos que hacer zoom y ver la foto ampliada.
La razón argumentada por la compra, quienes han sido los vendedores de las acciones, cómo se desvaneció en días la oposición de los accionistas minoritarios reacios a la operación, cómo encaja esta acción con el resto de proyectos de Elon Musk y conocer que Elon perteneció al club de Jóvenes Líderes Globales del Foro Económico Mundial son poderosas razones que nos deberían hacen ver “the big picture”. Elon encaja perfectamente con los objetivos del Nuevo Orden Mundial.