Este es el caso del Arzobispado de Madrid, al frente del cual se encuentra el cardenal Carlos Osoro. El prelado ha animado a la "prudencia" con el fin de no poner en riesgo a los fieles más vulnerables frente a los contagios.
Según precisa la diócesis madrileña, aunque el uso de mascarilla ha dejado de ser obligatorio también en interiores, y solo se mantiene excepcionalmente este imperativo en hospitales, residencias y transporte público, cabe tener en cuenta que el Real decreto del Gobierno recomienda expresamente que sigan utilizando la mascarilla "las personas con una mayor vulnerabilidad".
Asimismo, Osoro ha insistido en que este elemento de protección debe mantenerse "en cualquier situación en la que se tenga contacto prolongado con personas a una distancia inferior a 1,5 metros". Igualmente, ha defendido un "uso responsable" de la mascarilla en espacios públicos cerrados frecuentados por personas que transitan por estos recintos o que permanecen en las dependencias durante un tiempo prolongado.