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Trudeau contra los camioneros

Por José A. García Bustos
sábado 19 de febrero de 2022, 09:52h

Estas semanas están siendo muy buenas para las criptomonedas pero no en su cotización sino en la promoción que les están dando pesos pesados que son o eran contrarios a ellas. A veces las promocionan de manera indirecta y, a veces, como en Canadá, de manera involuntaria.

Justin Trudeau, presidente de ese, antaño país democrático de América del Norte, ha proclamado que congelará las cuentas bancarias de los más de 400 camioneros que colapsan los alrededores del Parlamento y mantiene paralizada la capital. La finalidad de tal decisión es fácil de ver y no se antoja pacífica: matar a los camioneros de frío o de inanición.
Los bancos no tienen ni idea de cómo actuar ante tal petición. El presidente ha redoblado la apuesta pidiendo, además, la prohibición de plataformas para comerciar con criptomonedas o webs de financiación colectiva.
Como buen esbirro de los mandamases del NOM (Nuevo Orden Mundial), en lugar de sentarse a negociar con los pacíficos manifestantes, utiliza la técnica de sus superiores: meter miedo para doblegar las voluntades de los sometidos. Lo que no sabía Trudeau es que la gente de a pie (o la que va en camión, en este caso) ya está inoculada contra el temor extremo y continuado al que se han visto expuestos durante dos años. Un tiempo suficiente para hacer callo.
Trudeau nos ha recordado que el sistema monetario actual no nos hace dueños de “nuestro” dinero porque éste trae implícito el pecado original de la deuda y, por tanto, su dueño es la banca. Como tal, puede imponer corralitos o denegarte operaciones a voluntad. Que no somos dueños de lo que pensamos que es nuestro dinero, también lo demuestra el hecho de que puede confiscarse con un simple decreto, como pretende hacer Trudeau.
Sin quererlo, el presidente canadiense ha hecho una promoción enorme de las criptomonedas que representan dinero real (no dinero-deuda) que pertenece a sus propietarios y no a los bancos.
Que se olvide Trudeau de prohibir bitcoin. Para conseguirlo tendría que apagar Internet. Aunque su jefe ya lo dejó caer.
Bitcoin no requiere de intermediarios y si el panadero lo acepta, el camionero podrá transferirlo al instante y recibirá pan y víveres, por mucho que Trudeau quiera asfixiarles.
Los bloqueos de cuenta corriente y corralitos hubieran sido más letales en la época pre-bitcoin. Ahora hay alternativa. Lo siento Trudeau, tendrás que cambiar de táctica ¿Qué tal si te sientas a escucharles y a negociar? Quizá hayas estirado demasiado la cuerda.
A la gran promoción que ha hecho el presidente canadiense sobre las criptomonedas, hay que añadir la antológica reculada que lleva haciendo JP Morgan en los últimos tiempos, desde que su presidente abominara hace unos años de bitcoin y amenazó con expulsar a aquellos de sus empleados que invirtieran en él.
JP Morgan va a abrir ahora una sucursal en el metaverso de Decentraland (como su nombre indica, descentralizado, a diferencia del hipercentralizado de Facebook) porque un informe interno que manejan afirma que el metaverso va a suponer una oportunidad de un billón de dólares. Como sabemos, en su meta-sucursal bancaria tendrá que emplear criptomonedas porque este metaverso corre sobre la blockchain de Ethereum y las transacciones se pagan en eters. El token nativo de Decentraland se denomina Mana.
Otro peso pesado que ha promocionado indirectamente las criptomonedas, después de decir hace unos años que bitcoin era veneno para ratas, es Warren Buffett.
Acaba de vender 1,8 y 1,3 mil millones de dólares en acciones de Visa y Mastercard para comprar mil millones en Nubank, una fintech (banco digital) que ofrece un fondo de inversión basado en la cotización de bitcoin. Dejar atrás las compañías de crédito tradicionales para acercarse a la banca digital e indirectamente a bitcoin hace ver la evolución de su criterio inversor, tan estudiado e idolatrado por multitud de inversores. Lo próximo será comprar directamente criptos y defender la evolución de la banca que representan las DeFi (finanzas descentralizadas).
Y es que está tan tocado el sistema monetario tradicional que todos los caminos nos van llevando a Roma. La adopción de las criptomonedas va en aumento y propaganda como la de Trudeau, JP Morgan o Warren Buffett es viento a favor.
Y no se crean que las futuras monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) tienen algo que ver con las criptomonedas. Nada más lejos de la realidad. Son también digitales pero son monedas en manos de un banco central y, por tanto, centralizadas. Con mayores posibilidades de hacer un mal uso.
Con un click Trudeau hubiera cumplido su sueño de despojar a los camioneros de dinero para sobrevivir al hambre y al frío canadiense.
Sin embargo, bitcoin devuelve el poder sobre su propio dinero al individuo. No va contra los poderes ni contra los gobiernos. Va contra los abusos de poder que pudieran hacer éstos.
Bitcoin fue el primero en otorgar la soberanía financiera o, lo que es lo mismo, que cada uno haga lo que quiera (dentro de la legalidad) sobre su dinero.
La ocurrencia de Trudeau de cortar a los camioneros de dinero para adquirir víveres o gasolina con qué calentarse, da una idea del totalitarismo que se está viviendo en países del primer mundo: “O estás conmigo o te dejo sin comida ni calefacción”. Lo de sentarse a negociar o escucharles para ver si pudieran tener algo de razón, es para los débiles. Vaya mundo les estamos dejando a nuestros hijos.
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