Los socialistas llevarán al primer pleno ordinario del año en el Congreso, el del jueves 3 de febrero, la aprobación definitiva de la reforma del Código Penal que permitirá castigar con penas de cárcel de entre tres meses y un año las concentraciones a los provida que acuden a las inmediaciones de las clínicas abortivas para rezar y repartir folletos.
Después de su paso por el Congreso, la proposición de ley orgánica será enviada al Senado. Si allí el texto no es enmendado, quedará aprobado definitivamente sin necesidad de que vuelva al Congreso. Y no parece que vaya a serlo, puesto que parte de la Cámara Baja con un acuerdo entre el PSOE, Unidas Podemos, Ciudadanos, ERC y el PNV.
Así que su entrada en vigor es inminente. Y una vez lo esté, esperemos que los partidos políticos que defienden la vida desde su concepción hasta su muerte natural , que los hay, se planteen recurrir al Tribunal Constitucional porque la reforma atenta contra los derechos fundamentales y libertades públicas de reunión, expresión e ideológica.
Ya me temía que el Gobierno quería zanjar cuanto antes la creación de este tipo penal exprofeso contra los provida por la rapidez con que la proposición de ley ha sido despachada en la Comisión de Justicia del Congreso.
Para comparar, los social-comunistas han necesitado dos años de legislatura para pactar un proyecto de Ley de Vivienda (y aún queda todo el trámite parlamentario). Por el contrario, en ocho meses ha despachado una reforma del Código Penal de esta magnitud, teniendo como tiene rango de ley orgánica (fue presentada el 12 de mayo de 2021).
Todo esto supone equiparar las acciones de los provida que rezan, hacen vigilia o reparten folletos a las puertas de las clínicas abortivas a los casos de violencia de género contra las mujeres. Porque el delito de coacciones, que es el que regula el artículo 172 originario del Código Penal, está vinculado a que exista una denuncia previa por parte del coaccionado o de su abogado. Salvo en el caso de las víctimas de violencia doméstica y de género.
Y estos son los que defienden la libertad de expresión, la libertad y el pluralismo. Donde acabaremos cuando sea castigado todo lo que no esté en la misma línea de lo políticamente correcto . Rezar no es acosar, repartir un folleto no es acosar. Este artículo tampoco es acosar.