Drama mundial. El perro ya no es el animal preferido de la izquierda, que lo ha sustituido por el chivo. Pero no cualquier chivo. Ellos son muy elitistas y han seleccionado al chivo expiatorio. Pero no el criado en granjas y en cautividad sino el criado en los gulags de los colegas tiranos de Cuba, Venezuela etc. Es decir son chivos no españoles, subtipo expiatorio.
Un político en la actualidad no es nada ni nadie sino tiene un guru y una manada de chivos expiatorios a los cuales endosarles el muerto. Hoy el escenario público está intoxicado con sobredosis de obscenidad, amplificada por los seudolideres difusos, confusos y profusos.
Es de nuevo pertinente rescatar a los más lúcidos pensadores y entre ellos está el Dr. Jose María Ayerra, grupoanalista vasco, al que transcribo literalmente y que nos iluminara para entender la complejidad del momento, en plena mitomanía posmoderna ( donde importa más el cuento que las cuentas y donde el relato importan más que los hechos ) y con falsos líderes que verborreicamente ponen en circulación palabras que confunden más que aclaran-
Ahí va la cita del maestro “En momentos de transición social, complejos y cambiantes, y en los que se produce un vacío social de liderazgo, los Okupantes del poder (este término es mío),suelen ser las personas menos evolucionadas y más carenciadas es decir narcisistas megalómanos , mitómanos e insoportablemente leves ( este término también es mío ).
Los falsos líderes son personas psicotizadas-personas incapaces de manejarse mentalmente con la problemática que se encuentran, y confundido en sus límites, analizan lo personal, como social y a la inversa, todas personas con responsabilidades y tensiones que les superan podrían tener un comportamiento parecido”. Sigue diciendo “sufrimos más de estupidez que de maldad” y concluye con esta perla “véase sino el esperpéntico espectáculo que nos ofrecen diariamente algunos de estos falsos líderes, convertidos en pequeños rateros omnipotentes y mentirosos”. Mienten compulsivamente, más aún gozan mintiendo y además de forma impertérrita. Su electroencefalograma emocional no conoce la culpa. Sufren el síndrome de la ética indolora. Todo vale si consigo el control y el poder. Se dedican desmesuradamente a su imagen en detrimento de su yo. Son huérfanos de honestidad e impecabilidad. Son egotistas, centrados en sus propios intereses, pero carecen de valores.
Pero aunque las estupideces son mayúsculas, lo que más le delata no es el renuncio irresponsable que cometen sino la respuesta que dan cuando se les pilla en el renuncio.
De donde no hay no se puede sacar y como decía el maestro Castilla del Pino: "Una vez descubierto lo falso se impone la impostura y la sobreactuación tratando de proyectar la mejor imagen posible a la ciudadanía”. Todo menos dimitir cuando se les pilla en renuncio flagrante.
Garzón tiene que ser coherente, si lo que dice. The Guardian es un bulo, tal como él dice, que lo demande. Esa sería la prueba del algodón. Sino que se calle y por vergüenza torera, que dimita. Y si no lo hace que lo cesen. Pero nada de eso ocurrirá, porque ya ha comprado una manada de chivos expiatorios, para culparlos de sus desaguisados. Debería saber eso de “que uno es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios”.
Ya saben en derrota transitoria pero nunca en doma.