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Bono vivienda, oportunismo y dudas

jueves 07 de octubre de 2021, 01:00h

El presidente Pedro Sánchez ha anunciado que el Gobierno entregará 250 euros mensuales para ayudar a los jóvenes de 18 a 35 que pretendan alquilar una vivienda. Sánchez estuvo ágil para acaparar titulares el mismo día en que PSOE y Podemos anunciaban el acuerdo sobre la nueva ley de vivienda y desbloqueaban el anteproyecto de Presupuestos Generales para 2022. Y es que Sánchez le madrugó las portadas a la podemita Yolanda Díaz -que en los primeros momentos se arrogaba haber obligado a su socio a hacer concesiones en materia de alquileres-, a la vez que plantó un claro y preciso mensaje no exento de electoralismo.

La medida tiene sus aspectos positivos. Siempre es bueno que el dinero público sirva para ayudar a los más vulnerables. Muchos jóvenes con ingresos anuales inferiores a los 23.725 euros se verán beneficiados. Otra cosa es el efecto real que la medida tendrá en el mercado de la vivienda. La mayoría de expertos considera que poner a disposición de los inquilinos un bono de este importe redundará en un aumento de los precios a la vez que constituirá un incentivo para realizar pagos en negro.

Las dudas sobre el bono existen, como existen con la nueva ley de vivienda anunciada, que pretende limitar los precios del alquiler en las zonas tensionadas, en línea con lo que se ha hecho en Alemania y Austria o, sin ir más lejos, en Barcelona, donde la medida ha retraído del mercado el 40 por cuento de los pisos en alquiler, no se han frenado los precios y se ha favorecido la economía que no pasa por la ventanilla de Hacienda.

Lo del bono de Sánchez no deja de ser un parche. La solución real pasa por solventar lo antes posible los problemas de base que tienen los jóvenes y, por extensión, el conjunto de la población. España es el estado de Europa con mayor tasa de paro juvenil y el país en el que más tarde se emancipan los más jóvenes, lo que contribuye a que la natalidad sea la segunda mas baja de todo el mundo, sólo por detrás de Japón, agudizando con ello -y cada vez más- problemas que afectan a la economía, el empleo o las pensiones. La ayuda de 250 euros mensuales, aun concediéndole buenas intenciones, no deja de ser como lo de enseñar a pescar antes que regalar peces; o lo que es lo mismo: menos bonos y más trabajo de calidad para los jóvenes.

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