Nos está quedando un mundo que ríete tú de la serie distópica Black Mirror. Mi amigo Miguel afirma que ese futuro en el que la inteligencia artificial controla la vida de los humanos y los coches vuelan por la ciudad no lo veremos en los años que nos quedan de vida. Después de escuchar las palabras de unos de los altavoces autorizados del Nuevo Orden Mundial, Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido, me entran serias dudas.
Su intervención en la 74º sesión de la Asamblea General de la ONU, llevada a cabo en septiembre de 2019, año 1 antes de la pandemia (a.P.), no deja lugar a dudas. Con su chapa en la solapa de la Agenda 2030, Boris lanza perlas como estas: “puedes guardar tus secretos a tu familia y a tu doctor pero no a Google”, “en el futuro puede que no haya donde esconderte”, “esta tecnología (del Internet de las Cosas que interconecta los dispositivos de una Ciudad Inteligente) podrá usarse para vigilar a los ciudadanos las 24 horas del día”, el “autoritarismo digital existe porque hay programas que censuran en tiempo real cualquier conversación y borran automáticamente palabras ofensivas”…
Todo eso hace dos años, una eternidad en lo que a avances tecnológicos se refiere. Cómo estaremos hoy tras ese tiempo y con un catalizador tan potente como el virus de por medio.
En mi pasado reciente fui responsable de la SmartOffice en Palma (oficina municipal para impulsar a Palma como Ciudad Inteligente). Soy un firme defensor de la tecnología como herramienta para mejorar nuestras vidas. Debe ser cosa de la edad pero con los años voy dudando, cada vez más, de las buenas intenciones de algunos grupos de poder y del uso que puedan hacen de ella.
Boris afirma en ese discurso que duda de eso mismo. Dice desconocer quién y qué uso hace de los datos que generamos con nuestros Smartphones y tablets. Dudo que no lo sepa. También se cuestiona si las máquinas han sido maliciosamente programadas para engañarnos o confundirnos. Esto aún lo dudo más. Dice que el futuro Alexa (asistente virtual de Amazon) fingirá recibir órdenes pero te estará vigilando. Hasta tu colchón vigilará tus pesadillas, pone como ejemplo.
Afirma que esa nube donde se están guardando nuestros datos es, cada vez, “más opresiva sobre la raza humana y está a punto de estallar”. Un futuro halagüeño pinta el primer mandatario británico.
Igual que dijo en pleno confinamiento, con gran acierto según hemos podido comprobar, que el mundo tras la pandemia nunca recuperará las libertades perdidas y nunca será igual, con estas predicciones de 2019 ocurrirá lo mismo.
Si esto es el Nuevo Orden Mundial o el futuro que su chapa en la solapa indica, no sé ustedes pero yo quiero retirarme en una casita de campo alejada de tanto sensor cuya información sea mal utilizada. Aunque nunca nos libraremos de tanto satélite artificial ahí arriba vigilándonos.