Poco a poco el mes de julio va llegando a su fin y el verano avanza lentamente, otro verano extraño sobre nuestras islas. Entre el calor y no saber si vamos a venimos, vacunas a vueltas, recaídas en la empresa y los hospitales nuevamente contabilizando casos de COVID-19, muchos de mis clientes y amigos me cuentan padecer de una desidia insoportable. Muchas personas me transmiten el cansancio y las pocas ganas de continuar en la lucha y la necesidad más que nunca de desconectar.
Desconectar de sus vidas, de sus rutinas, del trabajo, de la familia, de todo…. No obstante, la pregunta que yo me hago es, ¿sabemos desconectar del todo? Y voy más allá, ¿podemos hacerlo? En muchos casos, ni una ni otra cosa. Mantenernos conectados a las noticias y a la tragicomedia que estamos viviendo, no nos ayudará a limpiar nuestra mente y a ponernos nuevamente en el punto de partida y tampoco lo hará mantenernos enganchados a Instagram o a Facebook, viendo en las redes las vidas de mentira que mucha gente nos enseña y que no se sostienen ni en broma.
Recientemente veía una foto de una persona en un balcón de 1X1 que había intentado decorar la mesa que casi no entraba en el mismo, teniendo que mantener la mitad dentro del salón, con un desayuno que parecía más del todo incluido de hotel de 2 estrellas de Can Pastilla y un slogan que la firmaba como ¡lujo asiático!. ¡Pues no!, querido lector, eso no es lujo asiático, no todo lo que hacemos tiene que estar para la foto de Instagram y nuestras vidas no siempre son de color de rosa. No hace falta dibujar una vida que no estás viviendo, sino que es más sencillo que todo eso. Aprender a disfrutar de ese momento, decorando esa misma mesa para ti, para sentirte a gusto contigo, sin la necesidad de que el resto del mundo vea algo que no es, es saber disfrutar de los pequeños detalles y de la vida. Pero cuando eso mismo lo hacemos para colgar esa foto en Instagram, que nadie se cree que en esas condiciones te encuentres en Bali, en un hotel de 5 estrellas, es más hacer el ridículo que otra cosa. Si no eres una persona pública, que tu trabajo dependa de esa foto, de esa venta de tu vida, o de hacer ver algo que no es, ¿qué te hace pensar que esto te hará más feliz?
Aprende a disfrutar de las cosas para ti mismo, evitando estar siempre conectado a la opinión de los demás y a lo que pensarán de ti, porque eso solo te va a alejar de la realidad y te hará sufrir más y más cada día. Vivimos en una sociedad enferma de la vida que imaginó y no pudo conseguir, de depresiones que no pueden ser sanadas y de frustraciones que no nos dejan avanzar. Céntrate estos días de descanso en ti y en los tuyos y deja las redes y los medios para los que lo tenemos como un medio de vida, como una parte de nuestra profesión. Tener 300 me gusta por salir en bikini, a la larga no te hará más feliz y tal vez, llegue un día que te puedas arrepentir de alguna de esas imágenes que publicaste en ese momento de soledad, por querer representar algo que no era. Disfruta de los tuyos, del lugar que hayas elegido para descansar y vive la vida que tienes y no aquella que imaginas que sería fantástica, porque posiblemente se quedará ahí, en un sueño de verano.
Si (
No(
