16 meses de Pandemia llevamos, más de 400 días, 4,1 millones de infectados, más de 100.000 muertos, quedan en ERTE casi 500.000 de personas, 300.000 autónomos tuvieron que cerrar en el 2020, una caída del PIB como nunca se había visto en tiempos de paz, en definitiva un futuro incierto para este País, que pide ayudas constantemente a Europa para intentar salir de la crisis.
Pero una masa importante de jóvenes, porque NO son minoría como nos querían hacer creer, ni tampoco son mayoría, pero si decenas de miles de personas, en lo que se clasifica como gente joven, se han empeñado que todo lo anteriormente descrito no haya servido para nada, que todo el dolor, sacrificio y futuro nada claro que tenemos, tenga menos valor que el salir a la calle a bebérselo todo, importándoles un verdadero carajo el mañana, incluso el suyo porque aunque ellos no lo quieran ver, su futuro está en juego y no pinta nada bien.
Tenemos 100.000 millones de neuronas en nuestro cerebro, cada día una persona entre 20 a 30 años pierde unas 10.000, pero la verdad es que la mayoría de estos miles de jóvenes que vemos noche si y noche también, fines de semana ya ni les cuento, no creo que padezcan esta situación, porque para perder esas 10.000 neuronas primero habrá que tenerlas y da la impresión que todavía no las han desarrollado.
Esto al principio iba de salvar vidas, sobre todo la de la gente más vulnerable, nuestros abuelos, por eso se les vacunó los primeros, ahora queremos vacunar a todo trapo a los jóvenes, no porque estén en riesgo extremo como lo estaban los abuelos, sino para que no nos jodan a todos los demás. De alguna manera estamos combatiéndolos, cuando tendrían que ser nuestros aliados, porque el virus y la crisis de una u otra manera nos afecta a todos.
Políticos acomplejados, padres permisivos y una sociedad en estado de shock, han sido incapaces de hacerles entrar en razón de una manera o de otra y la salida ha sido el vacunarlos por acojonamiento, saltándose todas las reglas que había establecidas, aquellas que hicieron que muriera mucha gente de 50, 60 o 70 años porque NO LES TOCABA el turno.
¿Qué pasaría si esto fuera una crisis de falta de alimentación? quizás este que les escribe ya no estaría vivo, porque habrá sido engullido por un grupo de jóvenes que no podían contener su hambre, porque pobrecitos “son jóvenes”.
Hasta ahora uno de los mantras hacia nuestros hijos era “que clase de Mundo les vamos a dejar” ahora habrá que pensar “que hijos dejamos a este Mundo”. Mientras tanto sigamos cambiando cada cuatro años de leyes educativas, que sigan desconectando del Mundo real, con sus múltiples aparatos electrónicos y sigan viviendo la “realidad” de las redes sociales, fuentes de inmensa sabiduría.
Por cierto, lo del título, utilizar lo de gilipollas, les recuerdo que es una palabra que figura en la RAE y significa: necio o estúpido y pudiendo utilizar cualquiera de esos términos, me quedo con el de gilipollas, porque sencillamente está al alcance de cualquiera, por pocas neuronas que tenga y a mí me gusta que se me entienda.
IN MEMORIAN, Querido y admirado Profesor D. JOSÉ MARÍA GAY DE LIÉBANA, descanse en paz.
Si (
No(
