Con la expresión Royal Fork se conoce una posición en el juego del ajedrez en la que se amenaza por partida doble al Rey y a la Reina del oponente. Es un movimiento cuasi letal para el adversario y con altas probabilidades anticipa el final de la partida.
Craig Wright, el autoproclamado inventor de bitcoin y, por ende, de todo el ecosistema ha anunciado que está en posición de Royal Fork.
Siempre ha dicho que será ante un juez donde demostrará que todo este ecosistema lo inició él y lo hizo con el pseudónimo de Satoshi Nakamoto.
El oponente de esta partida contra Craig Wright, o mejor dicho, los oponentes son compañías poderosas con intereses en que eso no ocurra porque les desmontarían el chiringuito que les ha hecho millonarios. Entre ellos están Coinbase, primera empresa cripto que cotiza en Wall Street. También está la empresa Blockstream, que secuestró su invención y creó BTC que se ha apropiado del nombre bitcoin. El secuestro se refiere a que hicieron lo que quisieron con la cadena de bloques que Satoshi Nakamoto regaló al mundo en beneficio propio y no de la humanidad, como pretendió Satoshi.
BTC (Bitcoin Core) es el “bitcoin” que aparece en los informativos por lo elevado de su precio o sobre el que Equipo de Investigación dedicó recientemente un penoso reportaje para vincularlo mayoritariamente al fraude. Como si en dólares o euros no existiera el comercio ilegal.
Uno de los múltiples procesos judiciales que Craig Wright tenía en marcha para demostrar su autoría sobre bitcoin se ha resuelto esta semana con victoria, por incomparecencia, de Cobra, pseudónimo tras el que se esconde el propietario de www.bitcoin.org, (página web estandarte para BTC) que tiene (tenía) alojado el whitepaper que escribió Satoshi Nakamoto en su día. Haciendo honor a su nombre, Cobra ha esquivado la responsabilidad de salir a la luz a defender el whitepaper, como afirmó con vehemencia el pasado mes de abril. Ya lo ha retirado y no se puede descargar ni el whitepaper ni incluso el software de Bitcoin (BTC) si estás en Reino Unido.
El significado de esta victoria es importante porque es un paso más para demostrar ante la ley que él, Craig Wright, lo inventó todo. Aunque ya lo ha demostrado en Petit Comité, su obsesión es demostrarlo ante la ley para que no quepa duda alguna. Y eso requiere su tiempo.
Tras haber eliminado a Cobra de la partida (y no es el primero que queda atrás) tiene por delante un proceso judicial abierto contra COPA (Alianza por la Patente Abierta de las Criptomonedas), una alianza de empresas de gran relevancia en el entorno cripto que pretenden desmontar que Craig Wright tiene el copyright sobre el whitepaper y el código de bitcoin (algo aceptado por la oficina de patentes americana).
El precedente de Cobra puede haber dejado tocados los intereses de COPA. Si Craig Wright vuelve a ganar (y dice que lo hará porque no tiene más que demostrar lo que hizo y porque si fuera falso lo que dice iría a la cárcel por perjurio) será el paso definitivo para que se le reconozca la autoría sobre bitcoin. Después de eliminar el derecho de otros sobre el whitepaper y sobre su código, el siguiente paso será hacerles retirar el nombre “bitcoin” a los desarrolladores y secuestradores de BTC, ese que se cita en los telediarios.
Eso amén de pedir daños y perjuicios por haber secuestrado su invención, haberse lucrado con ella y haber mancillado su nombre durante tantos años. Si eso ocurriera, daría un giro todo el ecosistema y Bitcoin Satoshi Vision, el bitcoin original, pasaría a ocupar un lugar preponderante en un ecosistema que se vería inmerso en un caos inicial pero en un segundo momento daría luz a tanta oscuridad. No en vano, la última aparición de Satoshi Nakamoto tras muchos años de inactividad fue un mensaje a finales de 2018 en la cuenta en la que presentó bitcoin al mundo. Este mensaje fue un lacónico “nour” que en árabe y en hebreo significa “luz”.