www.canariasdiario.com

Neuronas debaten sobre neuronas

Por Daniel Molini Dezotti
martes 31 de octubre de 2023, 12:00h

El artículo de esta semana estaba destinado a la literatura, pero de pronto, por una interferencia de amistades, se entrometió un asunto sobre neuronas que termino mixturando ambas cosas.

Esa confluencia de buenas razones me trajeron hasta este lugar, donde intentaré describir los ecos de palabras e ideas que se marcharon diligentes a otras pantallas, y el retorno de las mismas, ya transformadas.

Las primeras, las que se fueron desde mi ordenador, estaban dirigidas a Manuel Feria, quien acaba de publicar un precioso título de aforismos: "El río de la perplejidad", editado para toda España por Apeadero de Aforistas.

Le expliqué que en ese mismo instante estaba frente a su libro blanco, con un delicado personaje en la portada, que parecía estar tocando un instrumento de viento sobre una especie de barquita hecha de sombras. Le comentaba que lo había recogido de la librería y lo estaba disfrutando, al tiempo que lo felicitaba.

Las respuestas que llegaron fueron varias, primero su nota agradecida, propia de una persona humilde, no hablaba de él, sino del prólogo del libro, lo único que no era suyo.

Concluía su mensaje deseándome suerte por las elecciones que se celebraban en la República Argentina, precisamente ese día.

En otro correo electrónico me recomendó un artículo que prometí leer con atención, abordando una investigación publicada en la revista "Cell Report".

“Investigadores argentinos descubren que el cerebro genera neuronas para "remodelar" memorias. El trabajo arroja luz sobre el sorprendente poder de las neuronas recién formadas en el hipocampo para alterar memorias, revolucionando nuestra comprensión de la adaptabilidad cerebral y su impacto potencial en condiciones neurodegenerativas como el Alzheimer.”

Así lo expresaban los titulares, recogidos por la agencia Télam.

Mientras estaba leyendo esto, otro escritor, en este caso poeta, que generalmente se comunica conmigo para criticar con severidad las cosas que publico, aclaró, a propósito de mis comentarios acerca de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que se trataba de un código ético, no de una Constitución Mundial, y que los cambios necesitaban decenios o siglos para ser acometidos.

Luego, como suele hacer, me recomendó un texto de otro autor, vinculado con el estrés y la ansiedad que provocan las noticias, asegurando que a la vista de mis comparecencias en el diario me “venía al pelo”.

Concluyó su escrito transcribiendo un poema suyo, un canto a su paso por la vida, desde la primera risa hasta ¿el epitafio?

Algunos versos me recordaron sentencias del aforista Manuel. Me gustaba lo que leía, hasta que llegué a un punto donde hablaba de neuronas, de su número: 86.0000 millones, que en su creación comparaba con hormiguitas milagrosas, capaces de recambiarse por millones cada día.

No puedo, por mucho que me esmere, evitar que me encante devolver las pullas dialécticas, sobre todos las suyas, con la misma moneda. Por eso acoté, con soberbia: "Arregla lo de las hormiguitas milagrosas, no se recambian. Sí sufren, sí padecen, sí mueren, y cuando lo hacen, otras hormiguitas buscan caminos alternativos para intentar llegar al hormiguero que tenemos por cabeza."

Él, que es un buen poeta, buen periodista, buen asesor, pero mal neurólogo, contestó; “Mueren unas y nacen otras, como todas.”

¡Eso sí que me vino a al pelo!, no la crónica que me recomendó sobre el estrés, de un escritor que no me gusta nada, así que le aclaré que las neuronas nacen cuando nacemos, y cuando se consideran "creciditas" empiezan a morir. Y que si en algún papel o aplicación o lugar encontraba que se renuevan, investigase bien la fuente, porque seguro que no pasaba los controles de certezas.

Aproveché el teclado para comentarle la sorpresa de que estábamos hablando, con otro corresponsal, de cosas parecidas.

Como siempre, a partir de ese momento, comenzó la disputa para saber quién se quedaba con la última palabra, él chachareando por su lado y yo apoyándome en los estudios de medicina, que para algo los tenía.

Podría haberme quedado con la victoria, pero hubiese sido trampa, y Daniel Cerdán, el poeta, no las merecía, por eso regresemos al estudio: "Lo que descubrimos fue que las neuronas que nacen en el hipocampo del cerebro adulto, en este caso de un animal adulto, tienen la capacidad para desestabilizar y modificar una memoria que ya existía", explicó a Télam Emilio Kropff, jefe del Laboratorio de Fisiología y Algoritmos del Cerebro de la FIL y uno de los autores del artículo.

Para comprender qué significa esto, el investigador explicó que "es bastante conocido que en el cerebro de los mamíferos adultos no hay casi neuronas nuevas, sino que uno tiene las que heredó del desarrollo".

"Sin embargo, hay unas pocas áreas del cerebro en donde sí se producen neuronas nuevas y una de ellas es el hipocampo, donde se generan las memorias cotidianas".

El análisis es complejo, no es este el lugar donde exponerlo, solo acreditar que se hizo por investigadores argentinos del Conicet, en la Fundación Instituto Leloir (FIL), de nombre Luis Federico, premio Nobel, a quien siempre pongo de ejemplo cuando en algún lugar me escuchan hablar y adivinan mis orígenes.

"¿Usted es argentino, verdad, como...?" Los puntos suspensivos, a lo largo de 43 años, fueron deportistas, generalmente relacionados con el fútbol, y mi respuesta, la misma: "Sí, como ellos, también como Leloir, Favaloro o Borges. Tal vez ha llegado la hora de incorporar nuevos paradigmas, que por suerte los tenemos.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
1 comentarios