Jueves 25 de marzo de 2021
Está siendo favorecida por las continuas encomiendas del Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canarias. Las empresas locales no aguantan más, ante el abandono de la administración insular y autonómica canaria
Oscar Izquierdo, presidente de FEPECO, resalta que la falta de inversión y sobre todo, la escasez de licitación pública en Canarias y desgraciadamente, especialmente en Tenerife, está creando recelos entre la iniciativa privada, contra el Cabildo y el Gobierno de Canarias, sobre todo, por la generalización en la gestión de la obra pública, a través de las encomiendas de gestión, especialmente a la empresa Tragsa, especializada en trabajos en el medio rural y urgencias medioambientales, pero que en cambio, recibe encargos, sin pasar por el control del sistema de contratación pública, para obras en hospitales o como pretende el Cabildo de Tenerife, para concluir el Polígono industrial y comercial de la Campana, en el municipio de El Rosario, haciendo una escandalosa competencia desleal a la empresas locales.
Continua el presidente de FEPECO remarcando que si el Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canarias, utilizan este ardid, refugiándose en el argumentario de la urgencia de las obras, es que se retratan en tener una administración que no funciona, porque si son incapaces de realizar los procedimientos de urgencia, como está establecida en la normativa de contratación pública, con la rapidez que se les suponen y tienen que acudir a la encomienda a una empresa pública, lo que queda claro es que no saben, no pueden o no quieren gestionar la cosa pública con la normalidad que tendría que hacerse.
Es una competencia desleal en toda regla, con la que hay que terminar, para mantener vivo el tejido empresarial de la construcción local, ya que estos encargos, por muy medio propio de la Administración que sea, no están justificados ni por razones de eficiencia ni de urgencia, ni por el propio objeto social de Tragsa. FEPECO, como patronal del sector en nuestra provincia, ha decidido tomar cartas en el asunto, ante la dejadez de la administración y llevar los encargos más sospechosos a los tribunales de lo contencioso-administrativo, si se produce el caso.
Tanto el Gobierno de Canarias, como el Cabildo de Tenerife, están cayendo en la tentación de abusar de la encomienda de gestión a la empresa pública Tragsa, aprovechándose de los conceptos de urgencia o emergencia, que están sirviendo para darle las obras y arruinar a nuestras empresas locales de la construcción. Así no se defiende a las empresas canarias, sino que se les aboca a su desaparición.
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