De acuerdo con el avance de contabilidad nacional publicado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la demanda nacional (consumo e inversión) es responsable de 9 de los 11 puntos de la contracción, en un año en el que el confinamiento severo del segundo trimestre ha marcado negativamente todo el ejercicio.
Por su parte, la contribución negativa de la demanda externa (exportaciones e importaciones) fue de 1,9 puntos, mientras que en el conjunto del 2020 el producto interior bruto (PIB) a precios corrientes se situó en 1.119.976 millones de euros, un 10 por ciento inferior al de 2019.
En cuanto al empleo, medido en términos de horas trabajadas, cayó un 6,3 por ciento, en tanto que los puestos de trabajo disminuyeron un 5,4 por ciento interanual, lo que supone una destrucción de 1.009.000 de plazas laborales equivalentes a tiempo completo en un año.
Aún así, la caída de la economía española en 2020 queda por debajo de la prevista por el Gobierno, que la había estimado inicialmente en un 11,2 por ciento. Este dato ha sido valorado positivamente por la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, que ha considerado que estas cifras reflejan que la actividad productiva sigue recuperándose en forma de 'V asimétrica', tras un año muy difícil.
De esta manera, en el cuarto trimestre, el PIB avanzó un 0,4 por ciento respecto al trimestre anterior, pese a las previsiones que auguraban una ligera recaída. Según la ministra, "ningún analista esperaba este crecimiento intertrimestral. Poco a poco se ve que los organismos internacionales y nacionales van convergiendo hacia las previsiones del Gobierno, y aun siendo datos negativos la realidad ha mejorado las previsiones".
No obstante, este 0,4 por ciento supone una moderación significativa respecto al crecimiento del 16,4 por ciento del tercer trimestre, que es achacable a las nuevas restricciones administrativas para hacer frente a la tercera ola no solo en España sino también en los países a los que exporta. En el cuarto trimestre la demanda nacional sumó un punto porcentual al crecimiento, mientras que la demanda externa restó 0,6 puntos.
Dentro de la demanda nacional ha sido el consumo el que ha sostenido la economía, con un avance del 2,5 por ciento del consumo de los hogares y del 4 por ciento en el gasto en consumo de las Administraciones públicas. Por el contrario, la inversión se desplomó un 6,2 por ciento, con descensos trimestrales del 6,3 para la inversión en vivienda y construcción, y del 1,5 para la inversión empresarial.
Dentro del sector exterior, las exportaciones cayeron el 1,4 por ciento, mientras que las importaciones avanzaron el 0,4 %. En el ámbito del empleo, en términos de horas trabajadas, el crecimiento intertrimestral fue del 0,5 por ciento.
Si se efectúa una comparación interanual, el PIB registró en el cuarto trimestre una caída del 9,1 por ciento, con descensos importantes de todos los componentes desde el punto de vista de la demanda y de la oferta. Todos lo sectores de actividad registraron pérdidas de valor en el cuarto trimestre, salvo la agricultura, que avanzó un 8,7 por ciento interanual.
La mayor caída fue para la construcción, que alcanza un decrecimiento interanual del 18,2 por ciento, seguida del descenso del sector servicios (9,8 por ciento) y de la industria (4,3), aunque dentro de los servicios cabe destacar el desplome del 20,4 por ciento del comercio, transporte y hostelería y del 31,5 por ciento en el caso de las actividades artísticas, recreativas y otros servicios.
Al mismo tiempo, la remuneración de los asalariados cayó un 3,6 por ciento interanual en el cuarto trimestre de 2020, como consecuencia del decrecimiento del 5,6 por ciento del número de asalariados, ya que la remuneración media por asalariado subió un 2,1 por ciento.
Por último, el excedente de explotación bruto/renta mixta bruta generado en la economía (asimilable a los beneficios empresariales) cayó un 12,5 por ciento, mientras que la cuantía devengada en impuestos sobre la producción y las importaciones netos de subvenciones disminuyó el 12,7 por ciento.