OPINION

Nuestro Deep Fake particular

Francisco Gilet | Miércoles 13 de enero de 2021

Un congresista demócrata, ministro metodista por más señas y ex alcalde de Kansas City, cerró su oración de apertura del Congreso no con el habitual “amén”, es decir, el “así sea” romano, sino con un “a woman”. O sea, que el a-men es puro machismo, malinterpretando la expresión latina.
Ante este hecho, y ante el apoyo casi entusiasta de medios de comunicación progresistas y, supuestamente, conservadores dados sus titulares propietarios, a un senil Biden, cabe preguntarse quién está gobernando este mundo.

Si en el Congreso norteamericano no hay rubor algúno en tergiversar el lenguaje, tampoco lo hay en ver circular por este mundo, incluido el nuestro, a marionetas, que no son sino demagogos políticos que, impertérritos, se ven sepultados por sus propias palabras guardadas en las hemerotecas. En USA, un político, presuntuosamente católico, en sus principios racista, provida, antiabortista, llega a la presidencia de la nación más poderosa del mundo, presumiendo no solo de católico, como la Pelosi, sino también de todo lo contrario de cuanto defendía en el ya lejano inicio de su carrera política. Bordeando la ancianidad, ha logrado lo que por sí mismo jamás habría alcanzado sin la ayuda de las tonterías del propio Trump y el empuje de las fuerzas anti-Trump, las grandes tecnológicas, los medios de prensa, los lobbies y. por descontado todos los movimientos inclusivos, feministas y anti machistas.

Sin duda alguna, Trump no ha sabido manejar su administración en forma simpática, amable, sino que incluso algunos de sus partidarios, en mayor o menor medida, clamaban contra sus formas y sus discursos. Pero, ello fue el menor de sus problemas. Cometió el error de creer en el pueblo, sin apercibirse de que el voto popular lleva camino de convertirse en un gesto inútil, derrotado por la demagogia de los políticos comunistas, manejadores admirables de la propaganda, de la manipulación, del gobierno tanto de las palabras como de los gestos. Si la libertad es fruto de la verdad, el mundo está lleno de tiranías y dictaduras, surgidas de las mentiras y los cambios de rumbo según sus personales intereses. Y todo ello con el consentimiento, cuando no aplauso, de colectivos sociales que debieran ser los reales veladores de esa verdad de la cual nace la libertad. Pero, no, la prensa ni es libre ni es independiente, empesebrada por un gobierno pródigo con los sostenes de sus políticas; como tampoco lo es la magistratura, empeñada en auspiciarse individual y personalmente, sin tener en cuenta el gran bien de la equidad ante la ley de todos los ciudadanos.

El menosprecio hacia el ciudadano es tan manifiesto como el silencio culpable ante la desastrosa gestión de la pandemia, con un gobierno más interesado en defender su doctrina feminista que en hacer frente con firmeza al problema del virus, imponiendo las medidas efectivas con toda valentía. Pero, había una manifestación que no podía suspenderse porque “nos iba la vida en ella”. Gran verdad visto que somos el tercer país con más muertes por el virus.

Meditado todo ello, con la lectura de comentarios, de blogs, de memes libres, no es difícil llegar a la conclusión de que estamos gobernados por un montón de GRÖFAZ, que, sin haber dado un palo al agua en su vida, se han auto confirmado como comandantes, científicos, industriales, empresarios, expertos dotados de mejor preparación de todos los tiempos. Sin embargo, el paro sube, la deuda sube, las quiebras suben, los ERTES sin cobrar suben, los impuestos suben y las calles comienzan a llenarse de gritos de rebeldía contra esos hombres y mujeres que son incapaces de ir más allá de su propio bienestar y el de sus parejas, hermanos, cuñados…

Ahora bien, si la prensa, si los medios de comunicación, si los agentes sociales, si los colectivos independientes, si la magistratura, no levanta el estandarte de la libertad, del valor de la soberanía popular, el simbolismo de la nieve sobre Madrid no será sino un reflejo de la llegada del antiguo comunismo moscovita sobre la villa y corte maltratada a atreverse a no votar progresismo marxista. Si no se levanta el grito, seguiremos gobernados por ese Deep fake que se está extendiendo por un mundo sin fronteras.


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