Como consecuencia, la Policía ordenó la evacuación de dos edificios aledaños y el cierre de emergencia del Capitolio. Algunos de los exaltados consiguieron irrumpir en el Congreso y provocaron caóticas escenas en la capital estadounidense.
La alcaldesa Muriel Bowser declaró el toque de queda en la ciudad ante el caos generado, con miles de manifestantes en las calles de Washington.
Las imágenes de los informativos estadounidenses muestran cómo los seguidores del mandatario saliente se encaran con los agentes que conforman la barrera policial de seguridad y son repelidos con gases lacrimógenos.
La marcha, bajo el nombre de "Salvar a EE. UU." comenzó por la mañana de manera pacífica cerca de la Casa Blanca, según pudo constatar. A mediodía, Trump se dirigió a las manifestantes para prometer que "nunca" concedería la derrota y urgió a sus seguidores a marchar hacia el Congreso.