OPINION

El coste del oportunista

Pilar Carbonell | Domingo 29 de noviembre de 2020

El coste de oportunidad es uno de los principios básicos de economía pero como no soy economista ni mis artículos son ciencia exacta sino que me limito a plasmar una humilde opinión lo voy a llamar coste del oportunista. Creo que en esta pandemia hemos sufrido además del ataque de un virus desconocido, el coste incontrolado de estos susodichos.

Lo he comentado en otros escritos, yo no soy negacionista, no defiendo que esto sea un bulo a nivel mundial, se han truncado demasiadas vidas para que sea una gran mentira colectiva, pero lo que no voy a negar es que los hay haciendo un gran negocio con esta desgraciada situación, oportunistas sin escrúpulos, porque haberlos, haylos como siempre.

Aparecieron en la compra de material imprescindible que escaseaba allá por el mes de marzo, imagino que es un trabajo como otro cualquiera, pero los intermediarios con China cobraron las mascarillas a precio de oro, las batas a oro blanco falso y los guantes como si estuvieran hechos de vicuña, algunos de estos mediadores ni tan siquiera tenían empresa dedicada a dichos menesteres, pero supieron posicionarse y ver la oportunidad de negocio. El Gobierno ante la desesperación del momento y con afán de cubrir las necesidades no escatimó en procesos de contratación urgente que nos salieron algo caros. Se consiguió el objetivo aunque nunca más se supo que pasó con los falsos tests por los que pagamos millones de euros, ni las batas que rompían, ni las mascarillas sin homologar, los pagamos entre todos y al repartir el dolor es menos intenso.

Además el tema precio siempre es algo muy relativo, las cosas puede resultar caras o baratas dependiendo de muchos factores, para usted y para mi quizás el factor bolsillo manda pero para nuestros dirigentes el factor tiempo prima porque va todo traducido a votos y credibilidad. Durante la situación creada a partir de un virus esparcido a nivel mundial, el precio de los elementos básicos y necesarios para intentar combatirlo ha sido muy desigual. Según el país, según el precio. Con las mascarillas este ha variado en un 80% de una nación a otra.

La PCR unas de las muchas pruebas de detección han dependido también de la geografía, incluso si se realizan en sanidad pública o privada, como si la prueba no fuera la misma. A día de hoy no he logrado entender por qué el gobierno español no subvencionó pruebas para empresas en funcionamiento, sino que hizo todo lo contrario y a algunas se las confiscó. A mi entender hubiera sido una manera de colaborar con la pronta detección de positivos, tal vez una contribución al rastreo y detección de infectados que nos hubieran ahorrado alguna que otra muerte. La realidad es que con los precios que cobran las clínicas privadas, unos 120 € por test en España, pocas pequeñas empresas se han podido permitir testear a los suyos periódicamente.

Tampoco soy sanitaria, ni epidemióloga, ni experta en pandemias, por lo que las preguntas que me hago son más bien simples, llanas y tal vez las mismas que se hacen ustedes aunque tengo que especificar que no son pocas.

¿Qué hace que la misma prueba tenga un precio tan distinto en cada país? Qué es lo que hace que ese palito metido por la nariz valga 50 dólares en Cuba, 120 € en España, 450 libras en Reino Unido, 32000 yenes en Japón que vienen a ser unos 260 € y en Italia el despropósito depende de la provincia, pueden costar entre 15 € y 130 €, ¿acaso no es el mismo palito por el mismo orificio?

Ahora llega la vacuna o las vacunas ya que han llegado todas de golpe y las farmacéuticas, grandes empresas multinacionales sacan pecho y se adelantan asegurando que no quieren ganar dinero con esto, afirmación que me cuesta creer ya que no conozco empresa privada alguna que trabaje solo por el hecho de servir a la comunidad, creo que eso se llaman ONG. Explican que la venderán a precio de coste sin especificar cuál es el precio aproximado, como si no lo supieran.

Parece que de momento nos saldrán al precio que las quiera pagar el Sr. Sánchez y para aquellos que hayan decidido aventurarse solo les queda poner el brazo y que le den….. la dosis, sin poder elegir entre las distintas que se hayan adquirido. Agradecer también que ya no la pongan en el culo como cuando éramos niños porque la frase sonaría mucho peor. Pero juzguen ustedes mismos que tal vez yo no lo he entendido bien!!


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