OPINION

Huelga agridulce

Miguel Lázaro | Jueves 29 de octubre de 2020

Día 27 pasado, tras 25 años sin huelga medica en España, fue un día agridulce. Fue más agrio porque afecto a los pacientes y un poco dulce porque fue un éxito. Vaya por delante mis más sinceras disculpas a todos aquellos que han resultado perjudicados por la huelga de 24 horas. El culpable de la huelga fue el ministro Illa, responsable del decretazo y que no movió ni un dedo de la mano izquierda para llamarnos a negociar, tras 15 días de preaviso. Los pacientes no son su prioridad. Debía estar muy okupado, asistiendo a una multitudinaria cena, con escasa observancia de las medidas protectoras. Luego entona el mea culpa, cuando lo publican en la prensa.

Recurramos de nuevo al maestro Castilla del Pino: "Una vez descubierto lo falso se impone la impostura y la sobreactuación tratando de proyectar la mejor imagen posible a la ciudadanía o a los colegas". Lo peor no es el renuncio sino esa adicción enfermiza a relatos mitómanos sobre la responsabilidad de sus actos inmaduros. Sublime su quejorrea patética. Estamos gobernados por seudolíderes , insoportablemente leves y es-tupidos y seguimos, atónitos y desesperanzados, sorprendiéndonos un día si y otro también de lo alejados y confundidos que están , con la realidad. La realidad siempre es un buen negocio siempre que no se vea escotómica y parcialmente. El contacto con la realidad disminuye nuestra es-tupidez (visión opaca), aunque hoy la ficción supera a la realidad.

Muchos políticos actuales demuestran de forma recurrente que es más fácil querer a los ideales que a las personas y esto se cura dimitiendo y pasando al anonimato y a la invisibilidad.

Desconozco a que escuela filosófica pertenece el filósofo Illa, que, a la sazón, por obra y gracia de la dupla Sánchez-Redondo, Ivan-Pedro, tanta monta, monta tanto, dicen que ejerce de ministro de Sanidad. Esta claro que no es un discípulo de Sócrates, ya que no le va el proceso deliberativo ni la toma de decisiones prudentes compartidas.

Le importa un comino la seguridad de los pacientes, aunque seguro que el y toda la colla del Gobierno actual, con infulas de des-arrollista, no elegirían un medico que no tuviera el titulo de especialista o que no fuera el especialista pertinente.

Solo la soberbia, la pre-potencia y una actitud antidemocrática impidió a Illa y a su troupe llamar a la Confederación de Sindicatos Médicos, y empezar a negociar y así parar la huelga. Y porque no decirlo también, la envidia y el re-sentimiento . Mientras los ciudadanos le consideran un villano a los médicos nos consideran héroes. La ciudadanía no le quiere y eso es muy duro, incluso para un filósofo, que llegaba a Madrid para otro objetivo y otra función. Por el contrario, a los médicos nos adoran. Tienen muy buena memoria, no olvidan los 66 médicos muertos.

Europa es conocedora del despropósito del decretazo, porque la OMC ya lo ha denunciado porque va contra la normativa europea. Las asociaciones de pacientes también están en contra. Solo la ombligopatia de Illa y de su pre-sunto comité de seudoexpertos les impide consumir realidad y preguntarse porque su decreto, ha concitado tan absoluto rechazo.

A Europa y a sus instituciones, también le pedimos un favor: que controle y exija a Sanchez , que un punto del PIB , es decir 10.000 millones de euros, que nos llegan de los fondos europeos, sean destinado con carácter finalista a nuestra maltrecha sanidad pública, que actualmente carece de la solvencia financiera necesaria para recuperarse y poder contar con los recursos suficientes para afrontar esta larga y durísima pandemia con más de 55.000 muertos.

Illa céntrese en lo suyo o dimita. Empiece por retirar el decretazo y después pare el autoexilio medico (más de 19.000 Médicos formados en España, por vía mir) e inicie la operación retorno de los que se han ido.

Mientras nosotros seguiremos con la huelga, el próximo 24 de noviembre, si usted no nos recibe.

Es por nuestra dignidad, para evitar el desmantelamiento de la sanidad pública (el decretazo abre la vía de una privatización encubierta que vulnere el principio de justicia social , por la seguridad de los pacientes y para que no se siga deteriorando la marca España.

Ya saben en derrota transitoria pero nunca en doma.


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