El Instituto Robert Koch (RKI), la agencia responsable del control de enfermedades infecciosas en Alemania, estima que al menos 237.936 personas se han contagiado, de las cuales casi 212.000 han sido dadas de alta. Al menos 9.285 enfermos han perdido la vida, cinco más que el miércoles.
Merkel ha pedido, además, no viajar a las zonas consideradas de alto riesgo en la medida de lo posible, tras una reunión telemática con los líderes de los distintos estados para coordinar las medidas orientadas a contener el rebrote, generalizado en varios países de Europa.
Así, la canciller alemana ha aseverado que aquellas personas que viajen a estas zonas no tendrán derecho a una compensación económica si tienen que someterse a una cuarentena obligatoria.
Entre los acuerdos con los estados figuran multas de, al menos, 50 euros a quienes no lleven mascarilla en las tiendas o el transporte público, y la prohibición de celebración de s grandes eventos como mínimo hasta finales de año.
El ministro de Sanidad, Jens Spahn, ha abogado también por modificar los protocolos para los viajeros que regresen de las zonas de riesgo, de tal forma que no sean sometidos a pruebas de coronavirus de forma generalizada, sino que queden al menos cinco días en aislamiento, hasta dar negativo en un test.
Entre las voces críticas de esta reforma está el jefe del Gobierno de Baviera, Markus Soeder, para quien las pruebas "se introdujeron hace solo dos semanas y ahora se supone que van a quedar descartadas". En este sentido, ha instado al Gobierno federal a mejorar la capacidad del sistema sanitario para asumir el aumento de los análisis.