OPINION

El rito del hidro-gel

Juan Pedro Rivero González | Jueves 16 de julio de 2020

Las personas somos seres rituales. El rito está inscrito en nuestras relaciones interpersonales y en nuestro imaginario colectivo. De hecho, y como ejemplo, la corbata, el apretón de manos, el guiño de un ojo, saludar con la mano, etc., son ritos que usamos cuando queremos acudir a un lugar especial con dignidad o saludar. Los ritos son manifestaciones simbólicas que nos ayudan a comunicarnos, a expresarnos. Muchos de esos ritos configuran la identidad de una determinada comunidad cultural.

La liturgia de la Iglesia está llena de ritos que expresan manifestaciones espirituales, o simbolizan experiencias de la fe. La señal de la cruz, derramar agua sobre la cabeza, ponernos de rodillas, etc. Entre los ritos está el “Lavabo”. Antes de celebrar el rito eucarístico el sacerdote lava sus manos porque va a tocar cosas que consideramos sagradas. Actualmente, dada las circunstancias que la Covid-19, este rito se ha enriquecido con el uso del hidrogel. Los sacerdotes lo usamos al inicio, antes del ofertorio, antes de la comunión… El rito del hidrogel, podríamos decir.

Estaba dándole vueltas a este tema cuando recordé que se trata de un rito presente en todos los establecimientos y espacios de venta al público. Me describía mi madre esta mañana el ritual de protección del Mercado de La Laguna y el uso del hidrogel a la entrada. No pocas personas llevan ya en su bolso un bote pequeño de dicho producto. Aún no creo que se haya convertido en un rito social. Pero sí que posee cierto espíritu simbólico. Y si no lo tiene en sí mismo, lo podría tener en nuestra intención.

La realidad entera, todo lo que podemos medir y tocar, quienes consideramos que es fruto de un amor eterno de Dios para nosotros, posee su huella. Hay algo sagrado en todo lo que tocamos. Las personas especialmente poseen una sacralidad inherente que debemos cuidar. Jesús nos invitó a considerar que lo que hacemos a otro se lo hacemos a Él. Pues eso puede convertir en rito sagrado el uso del hidrogel. Porque quiero cuidar al hermano, porque quiero que no padezca, porque lo considero importante, porque en él descubro la presencia de lo eterno, por eso asumo este latoso rito de purificación sanitaria.

Porque no me gustaría ser positivo en Coronavirus, y si lo fuera, no me gustaría contagiarte, me pongo esta mascarilla. La uso, no solo porque me lo exigen las autoridades sanitarias, sino porque eres importante para mí. Personalmente, esta ritualidad hace saltar por arriba las normas y le ofrece un fundamento elevado a su cumplimiento. Un potente motivo de atención. Un espacio ritual que dignifica el cuidado del otro.

Me recuerda el lema que tenemos en Cáritas «Si cuidas el planeta, combates la pobreza». Si cuidas la desinfección de tus manos, cuidas al hermano…

Vivan los ritos de innovación.

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