OPINION

La próxima vez equivóquese mejor

Juan Antonio Tormo | Lunes 27 de abril de 2020

Partiendo de la consabida frase de “todos tenemos derecho a equivocarnos” algunos tienen más derechos que otros a hacerlo. Realmente es muy simple, si contratas a un becario al cual no le pagas porque está en prácticas, el nivel de exigencia y de admitir sus errores es bastante alto, si contratas a una persona para trabajar con un sueldo de X seguro que el nivel de tolerancia empieza a bajar porque le presupones que viene con más conocimientos y algo de experiencia y si decides contratar a alguien para un puesto ejecutivo del máximo nivel, su sueldo XXXXX estará condicionado a su rendimiento y su duración en el puesto a sus éxitos o fracasos.

Creo que en este planteamiento podemos meter a cualquiera esté en empresa privada o pública, sea funcionario o político, pero la realidad no es así y nos damos cuenta cuando hay crisis tan severas como la que estamos viviendo. Un ministro puede tener una equivocación seguro, pero dependiendo de las consecuencias de esa equivocación al igual tiene que hacer las maletas e irse, desgraciadamente en esos momentos y no antes nos vamos a preguntar el porqué estaba en ese puesto, cuál era su formación, su experiencia y si constatamos que no era la persona ideal ni de lejos, sumado a los fallos de gestión se tiene que hacer simplemente lo que toca, a la puta calle, porque alguien que ha aceptado un cargo sin merecérselo ni ser el más idóneo ni de lejos no se merece estar una hora más en el cargo y también podremos observar quien le puso en el cargo, porque cuando tienes una persona válida para un cargo y te falla al igual no tiene por qué afectarte a ti de una forma severa, pero si el individuo lo pusiste utilizando tu dedo de gracia sin más requisitos, entonces tendrás que compartir su suerte.

Tenemos que terminar con el sistema de cuotas de altos cargos por partidos, si un partido político no tiene personas adecuadas para un cargo no se pueden poner con calzador, es preferible que como mínimo vayan independientes, pero que estén más cualificados que los puestos a dedo como pasa desde hace tanto tiempo. Además, no se lo pierdan, a estas cuotas se suman las cuotas por territorios, en una provincia de varias capitales no puedes dejar a una sin representante para que no se te cabree y la lie, el tema es contentar a todos aún a riesgo de coger a verdaderos inútiles.

Miren, el resumen es muy simple “hay que venir aprendidos de casa” si a alguien le pagamos del dinero público 3 o 4 mil euros al mes, más dietas y complementos, nos tenemos que asegurar que los vale, no se trata de buscar a burócratas con tropecientos master y sin experiencia, sino a gente que haya tenido un nivel de éxito aceptable en los temas que ha desarrollado antes de ser político, porque después no nos debemos extrañar que seamos los campeones Mundiales en esta pandemia en varios apartados y con eso no se juega.

Por cierto, si a mitad del partido hay que hacer cambios no pasa nada, en ciertos aspectos alguno todavía es capaz de superar las equivocaciones que ha hecho hasta ahora, se lo aseguro.


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