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Humor en la red

Redacción | Jueves 09 de abril de 2020
Las tornas han cambiado con la irrupción del coronavirus. Si antes éramos los seres humanos quienes acostumbrábamos a contemplar a los animales situados en escaparates y vitrinas de zoológicos y tiendas, ahora ocurre justo lo contrario: mientras ellos pueden campar a sus anchas por las calles porque las medidas de confinamiento no les afectan, a las personas nos quedan todavía bastantes días de obligada reclusión domiciliaria.

La vida tiene su ironía. De ello no cabe la más mínima duda. Desde siempre, los seres humanos nos hemos acostumbrado a visitar parques zoológicos y escaparates de tiendas especializadas en mascotas para deleitarnos con los graciosos saltos de los monos, o el pelaje espectacular de los loros. Ahora, sin embargo, en estos difíciles tiempos del coronavirus, la situación es justamente la contraria. Mientras los humanos permanecemos recluidos en nuestros domicilios a causa de las medidas de confinamiento, nuestros amigos los animales pasean con plena libertad por las calles. No sería de extrañar incluso que la situación planteada en la viñeta que acompaña a esta sección se repitiera en más de una ocasión estos días: de miradores a mirados. Cosas del coronavirus.

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