OPINION

Navidades compasivas

Miguel Lázaro | Jueves 12 de diciembre de 2019

Empecemos remarcando lo obvio no hay navidades clónicas pero deberíamos reflexionar en los clones que representamos en esta navidad.

Aceptemos que no existen tampoco las Navidades crónicas (no controlamos ni el principio ni el final y ya que estamos en el intermedio ahora toca vivirlas), ni las navidades. Viviremos Dios mediante una nueva navidad, la del 2019.

El reto es como vamos a adaptarnos a ella y como vamos a construir, si así lo decidimos el espíritu, la melancolía navideña y el estrés navideño. Hay muchos francotiradores en cada navidad y el principal de ellos somos nosotros mismos. Es muy difícil mantener nivelado el termostato emocional ya que vamos sobrados de sobrestimulacion interna y externa.

El 32 por ciento de los jubilados se sienten solos en Navidad. Las luces externas de las calles no alumbran a muchas personas que viven en la cueva inhóspita de la soledad que hoy es una epidemia silenciosa que se extiende como una balsa de aceite en nuestra comunidad. La solo-edad de las personas mayores vulnerables se dispara y grita dolorida, sin respuesta, en estas fechas. Hay un coctel depredador constituido por la soledad, el abandono, el maltrato, el deterioro y la indefensión que en la navidad , aumenta su toxicidad actuando como un veneno que mata el alma. Muchas veces esta soledad invisibilizada es la causa raíz, la "causa de las causas", de muchos trastornos clínicos que registramos a diario en nuestros pacientes.

Todo indica que la soledad que enferma y mata es la "soledad percibida". Es decir aquella que es independiente de la cantidad de personas que nos rodean y que está determinada por la profundidad y calidad del vínculo más que con la cantidad. Bien pues la navidad que es una gran caja de resonancia emocional multiplica el efecto toxico de esa sobredosis de soledad percibida. Pero los seres humanos tenemos fuertes antídotos como el efecto analgésico de nuestras miradas acogedoras y compasivas , de nuestras palabras cálidas y el potente efecto opiáceo de nuestros abrazos que amortiguan el dolor emocional.

La Navidad del 2019 es una gran oportunidad para re-humanizarnos con y para los demás.

La navidad es una gran oportunidad para renovar el reto de vivir el presente así como de practicar obras buenas, solidarias y generosas. Se trata de crear espacios donde todos tengamos cabida y donde seamos conscientes de las personas marginadas, excluidas, enfermas y vulnerables. Las personas con creencias religiosas son más resistentes a la manipulación y a la relativizacion y banalizacion de la navidad, su trascendencia esta basada en, no en el escenario, sino en el mensaje y en la esperanza de la fe que profesan... Es tarea personal de cada uno, si así lo elige, la resignificación de esta navidad que viene.

Es una tremenda felicidad el hacer feliz a los demás, sea cual sea la propia situación. El dolor compartido es la mitad de la pena pero la felicidad, cuando se comparte, es doble.

Ahora toca ennavidarse. Molts danys


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