SOCIEDAD

Ana Julia Quezada empleó una "violencia intensa y extensa" sobre el niño, según el perito

Redacción | Lunes 16 de septiembre de 2019
El perito médico que firma el informe aportado a la causa con el que se quiere acreditar que Ana Julia Quezada se ensañó con el niño de ocho años Gabriel Cruz ha trasladado que la procesada empleó una "violencia intensa y extensa" contra él al quitarle la vida aquella tarde del 27 de febrero de 2018 en la finca familiar de Rodalquilar (Níjar, Almería).

"Hemos aportado pruebas y evidencias de una violencia intensa y extensa", ha dicho a los medios de comunicación el médico internista del SAS Nicasio Marín a las puertas del Palacio de Justicia de Almería una vez ha concluido su pericial, celebrada a puerta cerrada por decisión de la magistrada-presidenta del tribunal de jurado, Alejandra Dodero.

Marín, quien antes de comparecer ante los medios ha sido requerido por uno de los abogados de la acusación particular, ha asegurado que el mecanismo de muerte que describen en su informe los dos forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de Almería "es, probablemente, una banalización" de cómo falleció el menor que no es "ni razonable ni lógica". "La simplificación del mecanismo de tapar nariz y boca es probablemente una banalización", ha afirmado para añadir que, a su juicio, este extremo "sí produce una victimización adicional". "Esto sí causa una victimización a la pobre madre", ha trasladado en alusión a Patricia Ramírez, de cuya parte ha presentado el informe.

El informe aportado a la causa por los médicos Nicasio Marín y Sergio Martínez recoge que ;Gabriel Cruz ;"fue golpeado violenta y reiteradamente en la cabeza" y que, como consecuencia de esos golpes, le quedó "un estado confusional primero, estuporoso después, hasta llegar al coma". "Falleció entre 45 y 90 minutos más tarde, culminando la muerte con una asfixia por sofocación tras colapso de cavidades respiratorias -boca y nariz- sobre un pulmón con una doble lesión inflamatoria". El informe añade que el niño "podría haber sido reanimado" en aquel "estado semicomatoso" y que, "más tarde, la asfixia por sofocación puso definitivamente fin a su vida".

El informe que han desgranado los forenses ante las siete mujeres y los dos hombres que deben dirimir la culpabilidad o no de Quezada de un delito de asesinato recoge "varios traumatismos sobre la zona craneal" que indican "golpes repetidos sobre una superficie plana como pared o suelo", pudiendo deberse, según subraya, "al propio mecanismo de sofocación en el que cual se aplica una fuerza importante sobre la zona buco-nasal, estando la cabeza apoyada contra dicha superficie plana".

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