1.000.000 de cifras, esa es la cifra que han presentado en el Congreso de Diputados los partidarios de la Eutanasia. España puede ser el próximo que legalice el suicidio asistido, mientras que uno de cada seis norteamericanos (la mayoría de ellos en California) viven en estados en los que es legal. En Suiza, que tiene las leyes más antiguas sobre suicidio asistido, los extranjeros también la pueden solicitar.
El precepto de que la vida es valiosa, con independencia de la situación de salud, está siendo cuestionado como nunca antes.
Los expertos han lanzado la alerta sobre lo que se conoce generalmente como la “pendiente resbaladiza”: que una medida introducida para dar alivio a los pacientes terminales se haya extendido para incluir a personas que podrían vivir muchos años, algo que afecta a quienes sufren enfermedades como la distrofia muscular, a mayores con demencia, e incluso a jóvenes con enfermedades mentales.
Con la legalización, la práctica de la eutanasia se dispara, y si no vean lo que pasa en Holanda : El número de holandeses que recibió la eutanasia comenzó a subir notablemente, de estar por debajo de 2.000 en 2007 a casi 6.600 en 2017 . También en 2017, unos 1.900 holandeses se mataron a sí mismos, mientras que los que murieron bajo sedación paliativa fueron 32.000. En total, cerca de un cuarto de las muertes en 2017 fueron inducidas.
Una de las razones por las que la eutanasia se extendió en 2017 fue que se amplió el rango de supuestos admitidos, al tiempo que se relajó la definición de sufrimiento insoportable.