Beatriz Díez-Mayans | Lunes 15 de diciembre de 2014
Eso es, precisamente, lo que le dice el pez pequeño al pez grande. Pero a partir de ahora, además de pezón, también le dice (con perdón): jódete
Y es que los partidos pequeños, los pezqueñines del mar político, están ganando terreno a los grandes tiburones blancos. Son muchos los datos y titulares los que podríamos analizar en este sentido pero me voy a centrar en uno en el que todos coinciden: ¿Qué pasaría si hubiera elecciones ahora mismo? Es una de las preguntas más planteadas y su respuesta, a estas alturas de la película, ya no sorprende a nadie.
Todas las encuestas, aunque diferentes en muchos aspectos, coinciden en que si ahora mismo tuviéramos que elegir un nuevo gobierno los dos grandes, PP y PSOE, lo tendrían muy difícil. Al menos para gobernar con mayoría absoluta.
El bipartidismo pierde cada vez más fuerza y los partidos políticos pequeños suben como la espuma. La gente de la calle reclama un cambio. Otra forma de hacer política que es, precisamente, lo que predica uno de los que podría resultar caballo ganador en las próximas elecciones: Podemos.
Esta nueva formación política, aunque no ya no es la primera fuerza en estimación de voto, según la encuesta de Metroscopia para EL PAÍS publicada a principios de diciembre, sí deja claro que se ha consolidado en el mapa político con un 25% de los votos y detrás del PSOE, que encabeza la proyección electoral con un 27,7%.
Desde la formación de Pablo Iglesias, aseguran que estas encuestas demuestran que “la posibilidad de cambio está ahí para quedarse”. “El cambio parece ya casi irreversible”, añaden desde el partido. Afirmaciones que cogen fuerza a medida que aparecen nuevas encuestas que les dan la razón. Cabe recordar que los últimos barómetros de los periódicos El Mundo y Eldiario.es y los regionales realizados por El Periódico de Catalunya y el Navarrómetro daban a Pablo Iglesias una línea alcista que parece que no tiene freno.
Si ganara Podemos las próximas elecciones, la pregunta clave es ¿salimos de Málaga para meternos en Malagón? o ¿nos conviene malo conocido, que bueno por conocer? Y ya puestos a parafrasear el refranero… ¿Será peor el remedio que la enfermedad? Sólo el tiempo nos lo dirá.
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