OPINION

Dando palos de ciego

Manuel Blanco | Viernes 08 de marzo de 2019

Siempre he pensado que escaparnos de nuestro entorno para ver qué ocurre en lugares de nuestro alrededor es enriquecedor para conocer otros puntos de vista de realidades similares a la nuestra. La semana pasada aproveché mi desayuno dominical en Salamanca para leer la prensa local y comprobé que la situación educativa era algo similar a la que vivimos en nuestra comunidad autónoma.

En esa carrera electoral que empezamos hace unas semanas, algunos se afanan por lanzar mensajes sobre la mejora de la gestión de asuntos que afectan a los docentes. En un principio, uno puede pensar que los problemas que le afectan a uno puede que no sean los mismos que al resto. Por lo visto, la situación se puede extrapolar a otros territorios de España.

La solución al problema no es proponer acciones para mejorar la situación. El problema es que en el último periplo político no se han dado soluciones a lo que se prometió que se mejoraría. Ahora, nos vienen a todos las prisas para lanzar grandilocuentes mensajes cargados de marketing político para intentar desterrar viejos fantasmas del pasado cercano.

La solución al problema es afrontar de una vez por todas la realidad educativa de nuestro país. No se puede seguir jugando con la educación como un arma política para conseguir votos. Esta reflexión ya la he hecho alguna que otra ocasión pero creo que la clase política no la acaba de tener clara y no la acaba de interiorizar y asumir. La educación es algo más.

Para saber qué tenemos que hacer con la educación y cómo tenemos que gestionarla, deberíamos ponernos de acuerdo, de una vez por todas, dónde estamos y dónde pretendemos llegar. Sin una planificación, no se conseguirán grandes cosas. Parches y retales que curarán las heridas superficiales del sistema pero no curarán el problema que hay debajo de la epidermis.

Este curso, por ejemplo, en toda España entrarán a formar parte del personal docente miles de nuevos profesores. En este tema, ¿nos hemos planteado alguna mejora?. La calidad del docente, sin duda alguna, mejorará la calidad del sistema. Una vez más, hemos desaprovechado la oportunidad de tener a los mejores. Lo que han hecho ha sido aprovechar la inercia política de colgarse la medalla de haber ofertado plazas públicas. Vale, de acuerdo. Pero, después de esto, ¿qué más hay?. Nada.

En una de mis últimas lecturas de Marcel Proust me quedó grabada una frase suya que decía :“El único verdadero viaje de descubrimiento consiste no en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos”. Quizás esto es lo que deberíamos hacer con la educación. Quizás así mejoraría.


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