OPINION

El voto del tonto

Francesca Jaume | Lunes 21 de enero de 2019
Una de las máximas expresiones de la democracia es “un hombre, un voto”, conseguido gracias a un muy luchado sufragio universal que eliminó las distinciones por razón de sexo o posición social. Y curiosamente esta consecución, la más importante de nuestra historia política, parece que para muchos hoy en día es un lastre.

Es más que habitual escuchar o leer comentarios en referencia a opciones políticas cuyos correligionarios no han “abierto un libro en su vida”. Pues sí, en eso consiste la democracia. Vale lo mismo el voto de aquel catedrático de física atómica que el de ese nini que a lo más puede aspirar es a ser ‘cuñao’.

Muchos temen que el Estado sufrirá una deriva política-que ya se está viendo- debido a la falta de formación intelectual y capacidad de discernimiento de muchos ciudadanos. En la era de la comunicación digital sin tamices, cualquier bulo o fake interesado fomenta la creación de un voto sustentado en deseos y anhelos creados.

Y esto lo saben los aparatos de los partidos políticos. Porque… no nos llevemos a engaño, aunque los líderes de los partidos parezcan menos formados que antaño, disponen de un equipo de politólogos, sociólogos y comunicadores que conocen cómo funciona la dinámica de formación del voto. Y saben que gracias a las redes sociales y a otros canales como la telebasura, tienen medios para llegar a todos esos que se dejan engañar porque precisamente se piensan que lo saben todo.

Leo lo que acabo de escribir y me parece la verdad del perro grullo. Pero, si tan obvio es, ¿Por qué estamos tan temerosos del ‘voto del tonto’? Mi respuesta es: por que todo el mundo piensa que el tonto es el otro.



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