OPINION

El valor de la confianza en los bancos

José A. García Bustos | Sábado 27 de octubre de 2018

A nadie se le escapa el poder que tiene la banca en la economía actual. Si usted piensa que tiene mucho, permítame decirle que seguramente aún tiene más. Gran parte de su dinero lo ha creado su banco a cambio de deuda, suya o de un tercero.

Una muestra de su poder la hemos tenido estos días.Tras una sentencia del Tribunal Supremo en contra, se ha parado su ejecución para que el Pleno del Tribunal Supremo la revise. Algo insólito.

Y los hechos insólitos, con unos sí y con otros no, de primeras, generan desconfianza.

Otro aspecto que puede castigar la, ya de por sí, débil confianza en la banca, por su papel en la crisis, vendrá por un episodio conocido hace unos días del que, sorpresivamente, apenas se ha hablado más allá del diario El Confidencial que, junto a otros diarios internacionales, han descubierto la trama.

Es la llamada estrategia cum/ex o “dividendos black” en la que se ha saqueado la hacienda pública de varios países, sobre todo la alemana, montando un ecosistema financiero para solicitar la devolución de una supuesta tributación por dividendos de acciones de otros países.

Y digo saqueo, porque, a diferencia del fraude en el que se deja de pagar parte de lo que toca, aquí se ha cobrado más allá de lo que correspondía. Todo ello, parece ser que, en connivencia con la banca que emitía certificados que daban derecho a ese cobro. Este asunto dará que hablar en los próximos días y puede lastrar aún más la confianza en la banca. La Fiscalía de Colonia está investigando al Deutsche Bank y al Banco Santander, entre otros. Y estamos hablando de mucho dinero. Probablemente, el mayor fraude de la historia en Europa.

Los bancos son la sangre de la economía. Llevan el dinero de aquí para allá y cuando restringen el crédito, sabemos que se da una ralentización. Cuando restringen la devolución de los depósitos de los ahorradores, estamos ante un corralito.

Pero además, lo que no mucha gente sabe es que los bancos privados también crean dinero. Más del que pensamos. No solo lo crea el Banco Central que emite billetes sino que se estima que el 95% del dinero en circulación lo han creado los bancos privados.

Cuando usted va a pedir un préstamo al Banco Santander, BBVA, La Caixa o Banca March, le dan dinero. Ese dinero no es el que otros ahorradores han depositado para obtener un rendimiento, es nuevo. Se apalancan sobre él pero crean nuevo dinero.

Actualmente, los bancos europeos están obligados a guardar como reservas el 1% del saldo total depositado por los ahorradores. Puede que, por políticas internas guarden más pero el resto lo pueden volver a prestar. Este préstamo es la creación de dinero.

Así como el ahorrador inicial que depositó dinero en el banco para obtener unos intereses podrá recuperar su ahorro íntegro, el prestatario estará disfrutando del 99% de dinero creado de la nada.

Ese dinero creado de la nada se llama dinero fiat (del latín, hágase). Hágase el dinero... Y el dinero se hizo.

Pero la banca se enfrenta a un competidor al que deben temer. Y no estoy hablando de que Google, Facebook o Apple empleen su enorme capacidad de generar efectivo para prestarlo y hacer de bancos. No, me refiero a un cambio de paradigma que, en mi opinión, está llegando.

El competidor que le ha salido al dinero fiat (euros, dólares, etc) es el dinero cripto, con el bitcoin como máximo exponente, pero no único.

Hasta ahora, Internet ha cambiado muchos aspectos de nuestras vidas: las relaciones entre personas (Facebook, Instagram,..), el entretenimiento (Netflix, HBO,…), la manera de disfrutar las vacaciones (Airb’n’b, Booking, Tripadvisor, …), nuestros desplazamientos (Uber, Bla bla car, …), la manera de comprar (Amazon, Alliexpress,…), etc.

Pero no ha cambiado el dinero. Seguimos trabajando con dinero fiat, es decir, aquél dinero hecho por un gobierno para que una economía lo emplee, de manera obligatoria, como intercambio. Por decisión del presidente norteamericano Richard Nixon, en 1971 el dólar dejó de tener su respaldo en oro y se basó únicamente en la confianza. El euro sigue los mismos parámetros.

Y basar todo el sistema en la confianza, en un momento en el que los bancos, creadores de dinero, están siendo vulnerables es un poco delicado.

Por cierto, no es casualidad que bitcoin apareciera en enero de 2009, como respuesta a la banca en un momento de mínimos en la confianza tras los episodios de las hipotecas subprime, caída de Lehman Brothers, etc.

Algunos banqueros poderosos dicen que bitcoin es una burbuja. Otros están experimentando con su tecnología y quieren subirse al tren, aunque la idea de un banco tal y como lo conocemos hoy, creador de dinero basado en la deuda y dependiente de un Banco Central es opuesta a la filosofía cripto basada en la descentralización, en la que personas anónimas verifican las transacciones y lo hacen de forma más barata y rápida. Con el dinero cripto no se necesitan bancos.

Estamos viviendo un interesante cambio de paradigma en la economía mundial y en el papel de los bancos. Como el dinero nos afecta a todos, les recomiendo que se informen y aprendan sobre este cambio que creo, va a poner todo patas arriba. Y que, si puede, entre en él, aunque sea de manera residual.

Volviendo a los bancos, como el valor del dinero está basado únicamente en la confianza del sistema, éstos no deberían generar más desconfianza entre la población. Según como transcurran los acontecimientos, el caso de los dividendos black y el resultado de la revisión de la sentencia del Tribunal Supremo, puede quedar maltrecha la imagen de los bancos y, por derivación, la del sistema tal y como lo conocemos.

Si en momentos de crisis de confianza en los bancos se creó el dinero cripto, otra recaída, podría hacer que éste ocupara el lugar del dinero fiat y todo cambiara para siempre.


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