OPINION

Antes vacía que alquilada

Francesca Jaume | Lunes 24 de septiembre de 2018

El alquiler vacacional está cargando con el sambenito de ser el causante de la subida de los precios del alquiler de la vivienda habitual y, aunque no se puede negar la incidencia que está teniendo sobre la inflación, atribuir este encarecimiento únicamente al alquiler vacacional es realizar una lectura demasiado simplista que ignora un factor muy relevante en la cuestión que nos ocupa.

Es más cómodo alquilar una casa -que no tenemos intención de ocupar en ningún momento del año- exclusivamente a un inquilino, puesto que ello nos ahorra mucho tiempo y gestiones. La diferencia de renta no siempre compensa el trabajo añadido que supone el alquiler vacacional, máxime teniendo en cuenta la estacionalidad turística.

También tendríamos que preguntarnos -y la respuesta la sabemos- por qué cada vez más los propietarios huyen de realizar alquileres para vivienda habitual y prefieren tener la casa sin ocupar contribuyendo ello también a subir el precio del alquiler de vivienda habitual por mengua de la oferta. Muy fácil.

Se puede tener la suerte de encontrar unos inquilinos cumplidores, que pagan la renta religiosamente y que no causan ningún problema ni daño. Se puede tener la suerte. O no.

Cuando no se tiene esta suerte, el propietario se ve metido en un sinvivir de gestiones, trámites y procedimientos judiciales para conseguir que los arrendatarios paguen las cantidades debidas (mensualidades, IBI, seguro, basura…) o para que desalojen la vivienda. Eso, siempre y cuando no se encuentren con que los destrozos que se han realizado al inmueble son tan altos que el alquiler haya supuesto una quiebra total para la economía familiar.

Los procedimientos judiciales de solicitud de pago de las rentas que se deben y de lanzamiento de vivienda son más o menos rápidos en la teoría, sin embargo en la práctica, teniendo en cuenta que no siempre se localiza al demandado a la primera (si es que se le localiza) y que muchos de ellos paralizan el procedimiento solicitando asistencia jurídica gratuita al colegio de abogados, un proceso de desahucio puede durar fácilmente cuatro meses, eso cuando no nos encontramos con el mes de agosto por en medio.

Para más inri, también es habitual encontrarse con inquilinos sin ninguna solvencia económica, por lo que, a pesar de obtener un pronunciamiento favorable en el procedimiento judicial, no conseguiremos que el deudor resarza lo que nos debe a causa de su falta de medios económicos.

Mucho se critica que haya propietarios que soliciten fianzas elevadas y que incluso quieran conocer los ingresos de sus inquilinos, sin embargo, cualquiera que haya pasado por lo descrito a buen seguro que lo puede comprender.


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