Y ya llega septiembre, cargado de nuevos proyectos, de ilusiones para algunos y de frustraciones para otros.
Septiembre siempre representa el comienzo, el volver a empezar, bien sea a nuestras rutinas diarias o a proyectos que empiezan.
Los niños vuelven al cole, los mayores a sus trabajos, las madres y padres a sus tareas del hogar.
Atrás quedan las vacaciones en el pueblo, el crucero por el Mediterráneo ó el viaje al Caribe.
Hay quien elegirá descansar en septiembre o en octubre, ó durante el resto del año, pero septiembre tiene siempre ese aroma a los comienzos, al cambio de ropa, a las rutinas y al despertar.
Muchos regresan a sus trabajos y durante los primeros días sufren la famosa crisis vacacional, que les impide hasta poder descansar bien.
Sueñan con el coctel de maracuyá, la cervecita en el chiringuito de la playa, las tardes en la piscina ó los más afortunados los días en el velero.
Todos empezamos poco a poco a vivir nuestras vidas y a recuperar nuestros deberes dentro de la sociedad.
He de reconocer que para mi en especial es un mes mágico y que siempre me llena de ilusión.
El volver a la rutina, los compromisos diarios, mis rituales, mis desayunos, mis clientes y mi vida humana, en general, me encanta, aunque he de admitir que en mi interior se asuma la idea de “la lotería” y de lo que haría si no tuviera que trabajar.
Con el paso de los años he aprendido a desconectar en mis vacaciones y a no pensar en la vuelta, ni en mis obligaciones y es cierto que siempre para mi, es un período de reflexión, de valoración del año y de mirar hacia adentro para ver en que me he equivocado y cosas podría haber hecho mejor.
Pienso que esto lo deberíamos de hacer todos para poder seguir avanzando en la vida, parar el reloj y hacer un pensamiento sobre hacia donde vamos avanzando, cual es el rumbo que queremos seguir y cuales son nuestros objetivos para el nuevo año.
Es cierto que en unos pocos meses llegarán las Navidades, otra época de reflexión y de creación de objetivos para año Nuevo, pero realmente merece la pena hacer un “Kit Kat” en estos momentos especiales del año y además, ¿quién sabe si tendremos que pasar la Navidad con ese familiar al que no soportamos o en circunstancias complicadas para nuestra salud mental.
Por lo tanto aprovechemos estos momentos para parar y volver a comenzar de nuevo, como si tuviéramos una varita mágica que nos permitiera avanzar por la vida sin problemas.
¿Te imaginas que pudieras conseguir crear tu propio destino y dibujar tu propia vida?.
Por si careces de esa herramienta y no crees en Hadas madrinas, te propongo por lo menos pararte a reflexionar sobre lo que te gustaría cambiar en tu vida e ir hacia ello.
¿Te adentras en la madriguera de septiembre?