Hay compañeros de viaje de los que te puedes fiar. Nunca te fallan. Eso es lo que le está pasando a Podemos. El PSOE les ha quitado la cartera…, y ellos lo sabían.
Desde el pinchazo de las generales, la formación morada, ha instado a los socialistas, hasta la saciedad, a la toma conjunta del poder. Las matemáticas no se lo ponían fácil. Tras una fallida candidatura a la Presidencia del Gobierno y dos mociones de censura, lo consiguieron. De forma exprés y aglutinando a todos los que tenían alguna asignatura pendiente contra España.
En 60 días se han quedado con todas las organizaciones o ámbitos de poder. Incluidas aquellas que los neocomunistas habían expresado especial interés.
Se han hecho con el mando de TVE, con el CIS, con los astronautas, con Hacienda y con el Ministerio del Interior. Los telediarios y la cocina del Centro de Investigaciones Sociológicas siempre han sido y son, su objetivo prioritario. Más extraño resulta que miren con distancia, como si no fueran con ellos, el intento de linchamiento a los Jueces del Supremo, la frialdad con la que han descabezado la UCO o la rapidez con la que han empezado a enfriar la economía en pleno mes de agosto. Insólita la rapidez con la que se hicieron suyos unos sólidos Presupuestos Generales del Estado gestados, esencialmente, entre PP, Ciudadanos y PNV que habían denostado y la velocidad con la que han dinamitado el control del gasto. Las tensiones territoriales para nada están controladas.
Si unimos todas estas premisas es fácil presagiar que este gobierno tiene mal augurio. Además, el artículo de la constitución que da soporte a la moción de censura es el 113. Por si fuera poco, Zapatero le ha pronosticado larga vida. El naufragio está garantizado.
Las capacidades narcotizantes del poder han afectado de forma intensa a un ejecutivo nacido para los gestos. En política los escenarios son de cartón piedra y las fiestas en grupo, colegiadas, pero las resacas son auténticas y cada uno tiene que pasar la suya.
Cuando despierten y sean conscientes del barco en el que se han metido los que la tendrán más intensa serán Duque y Grande-Marlaska. Uno porque tendrá una caída desde más altura. El otro porque en 7 semanas y media ha desequilibrado la frágil frontera del Norte de Africa, se ha convertido en testigo impertérrito a las agresiones políticas al poder judicial y ha tomado la iniciativa de relevar el mando de mayor prestigio de la Guardia Civil.
Pero en realidad, a quien le han robado la cartera es a Podemos. Han entrado en férrea competencia con el desprecio a la unidad de España, en la afrenta a la libertad religiosa, a la ofensa a los Cuerpos de Seguridad del Estado y al apoyo a los secesionistas. Se han quedado con sus principios y han disminuido el paro colocando a medio ejecutiva sin acordarse de las ansias de sus socios. La afrenta es de las que no se pueden perdonar. En especial, por haber puesto a los mandos de los fogones del CIS al sociólogo de cabecera e impedir la redacción de los informativos públicos. Una mayúscula ofensa.