OPINION

La Manada

Santiago Fiol | Martes 26 de junio de 2018

No entiendo muy bien a este país; entiendo y participo de la pasión por la selección de futbol a la que se llama la roja como marca identificadora incluso, puedo entender que los programas que en su momento eran del corazón y ahora son de higadillos enganchen a la gente y les mantenga en el sofá hasta la madrugada. No me gustan pero lo entiendo.

Lo que no entiendo es que se les ponga un micro en la boca a unos individuos (que siguen disfrutando de la presunción de inocencia) cuyo único mérito ha sido violar como una jauría de lobos a una mujer indefensa, eso no lo entiendo.

¿De verdad como ciudadanos nos interesa lo que puedan decir semejantes personajes? A mí personalmente me repugna y no me interesa lo más mínimo lo que puedan decir; si rozan la irracionalidad ¿qué nos van a decir inteligente y de provecho al resto de los ciudadanos?

Pero saben, la culpa no es sólo suya, es en gran medida de esos medios de comunicación que les ponen el micro delante y de esos periodistas que pretenden convertir un acto tan miserable, como es una violación en grupo, en un valor de consumo y con ello generar más publicidad para su cadena de televisión. No me digan que es información y que los ciudadanos tienen derecho a saber, eso es bazofia.

Con eso sólo conseguirán una cosa, que el comportamiento de la manada, la violación en grupo de una mujer sea considerado un comportamiento normal porque lo habrán convertido en un bien de consumo y se hablará de ello con una naturalidad impropia ante un acto tan horrible.

Espero que las feministas, los periodistas (da igual el sexo) y demás gente decente se planten ante semejante disparate y no les acepten en su plató de televisión; da igual que se mantengan en el anonimato, pagarán por cuanto han hecho aunque nunca será suficiente cumplirán la pena y ante la sociedad, en consecuencia. No trivialicemos comportamientos salvajes, no es normal que un grupo de jóvenes encierren en un portal a una mujer y abusen de ella; hablemos de la maldad que eso supone pero no convirtamos a los violadores en estrellas televisivas, es el momento de gritar más fuerte que nunca que NO ES NO. que pasen un buen día.


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