OPINION

El final de ETA

Francesca Jaume | Lunes 07 de mayo de 2018

Durante muchísimos años, los sondeos demoscópicos demostraban que el terrorismo etarra era una de las principales preocupaciones de los españoles, sino la que más. Durante décadas, formulamos el deseo de la desaparición de Euskadi Ta Askatasuna. Tengo la sensación que muchos no son conscientes de la gran transcendencia de lo sucedido los días 3 y 4 de mayo, y que otros no quieren que exista satisfacción por lo sucedido.

La principal noticia tendría que haber sido la disolución de ETA, sin embargo, y como la política de inmediación tiene poco, ha existido el interés en que los titulares fueran en torno a si la banda criminal ha pedido perdón o si se muestra arrepentida.

Sinceramente, me importa poco, a lo que realmente se tendría que dar valor es a la colaboración de sus miembros -ahora ya ex- con la justicia en aras de esclarecer los más de quinientos asesinatos que a día de hoy quedan sin resolver. Esa sería la acción necesaria para reparar mínimamente el daño causado. Pedir perdón sin llevar a cabo una acción proactiva en las instrucciones judiciales sólo serían meros juegos florales de cara a la galería, máxime sabiendo que por mucho que pidan perdón nunca serán redimidos socialmente.

Durante estos días se han visto, leído y escuchado comentarios preguntándose por qué no debemos olvidar ni perdonar el mal provocado por ETA en cambio se nos pide que no “reabramos heridas” en torno a todos los que perecieron en la defensa de sus ideas durante la dictadura franquista. Hay quienes se apresuran en contestar que “no es lo mismo”. Bueno, es verdad, en un caso el Estado estaba detrás, sin embargo, en ambas situaciones estamos hablando de personas que murieron por tener unas ideas políticas diferentes a las de sus verdugos.

Matar a las personas por sus creencias ideológicas no se trata únicamente de uno de los peores crímenes, sino que además significa el intento -y consecución en ocasiones- de instaurar el totalitarismo. Por lo tanto, que digan lo que quieran, yo me alegro del fin de ETA.


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