La sala de espera del Infierno está a reventar, las calderas no van a dar abasto, porque hay una cola como en pocas ocasiones se haya podido ver, desde “manadas” de cerdos a violadores y asesinos de mujeres, niños/as, asesinos confesos que no quieren decir dónde están los cadáveres de las víctimas, escoria humana que se preocupa más de ver como ha quedado el estado de su coche antes de interesarse por el atropello que ha producido, matando a unos ciclistas indefensos o los que matan a una pobre pareja que había salido a pasear con su coche.
El infierno pintado por el Bosco se queda corto al lado de todos estos hechos que día a día nos golpean, después también tenemos la falsa moral, aquellos que decían que lo de Valtonyc era libertad de expresión, cuando rapeaba sobre una mujer lo siguiente “mutilaré a la Cospedal” y después se apuntan a reformar deprisa y corriendo el código penal, cuando suceden hechos deleznables como los juzgados esta semana. Los mismos que hace también pocas fechas decían que había que reformar ese mismo código penal, pero en este caso para eliminar la pena de reclusión permanente para hechos gravísimos, que son justamente los que estamos viendo a diario.
Yo no sé si toda esta basura humana tendrá castigo adecuado en la Tierra en vida, pero que nadie me quite el pensamiento, quizás el sueño o esperanza de que si hay otra vida, también exista ese Infierno para que paguen lo que no pagaron aquí, pobre consuelo quizás, pero ante tanta indefensión uno se aferra a cualquier cosa.
Asesinos, violadores, en definitiva, excrementos humanos que han dejado sin padres, madres, hijos, hijas, amigos/as a miles de personas, iros al Infierno y espero que más temprano que tarde.
Por cierto, supongo que esto también es libertad de expresión.