OPINION

Tengo un sueño

Santiago Fiol | Martes 16 de enero de 2018

Cuando escribo estas líneas en Estados Unidos es fiesta; celebran el día del Dr. Luther King, el gran luchador de los derechos civiles y que pagó con su vida por ello. Aquí, en este pequeño país, y tampoco en el grande, somos incapaces de reconocer los méritos de los grandes hombres que a lo largo de la historia hemos tenido.

Difícilmente nos pondríamos de acuerdo en elegir un personaje de nuestra historia que no generase controversia y al que no le encontrásemos connotaciones políticas incorrectas. Para unos sería racista, para otros homófobo, para otros comunista o fascista, otros pensaría que no respetaba a las minorías, o bien a los gais o a los transexuales, para otro maltrataría a los animales o simplemente era judío; nunca daríamos con un perfil de un personaje al que presentar respeto y admiración y dedicarle un solo día al año. Somos un pueblo cainita.

Este año se cumplen cincuenta años del asesinato del Dr. Luther King y los americanos lo van a conmemorar, como lo hicieron ayer con su nacimiento, sean baptistas o no; van a reconocer su legado como el gran líder social y religioso que fue.

Tristemente su sueño aún sigue vigente, no vale lo mismo una vida en la vieja Europa que en el corazón de África; incluso el presidente Trump ha tenido que manifestar públicamente que no es racista, negando haber efectuado declaraciones en ese sentido en las que se le atribuía un absoluto desprecio a países pobres.

Los presidentes Clinton y Obama en sendos tuits ponían en valor y reivindicaban los principios de Martin Luther King; los dos últimos presidentes demócratas de Estados Unidos son, desde luego, personas con claras diferencias con el actual mandatario y que han hecho más para la integración racial.

Hace unos días me recordaban el ejemplo de Rosa Parks, lo hacía una luchadora por la igualdad que es un ejemplo de lucha, supervivencia, coraje y valentía además de bonhomía para mí, me hacía ver la desigualdad de oportunidades existentes. Ante un discurso tan rotundo y tras releer el discurso del Dr. Luther King ante el monumento al presidente Lincoln y frente a miles de personas en 1963, yo también tengo ese sueño, que “Con esta fe seremos capaces de transformar las discordancias de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a prisión juntos, de luchar por nuestra libertad juntos, con la certeza de que un día seremos libres”. Que tengan un buen día.


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