La historia de la familia de Belén es en gran medida como la historia de cualquier familia: trabajo, cariño, preocupación por los demás, dificultades, nacimientos y muertes…, y hasta el destierro y la emigración. Si la historia de la Sagrada Familia es, durante la mayor parte del tiempo, tan similar a la nuestra quiere decir que la vida de familia tiene un inmenso valor. En familia, hasta lo más cotidiano, si se hace con amor y por amor, adquiere un relieve y un valor inusitados.
Por debajo de los grandes acontecimientos de la historia, de lo que llena las páginas de los periódicos, de la política y las crisis, está la realidad de las familias que sustenta y da humanidad a la sociedad. Sin familias estables no hay sociedades fuertes; sin familias solidarias no hay justicia social; sin familias que trabajan, ahorran e invierten no hay crecimiento económico; sin familias que se abren a otras familias no hay sociedad política. La familia es clave de humanidad.