He aquí el testimonio de un paciente mío, que ha sabido resignificar la Navidad y afronta continuamente el reto de vivir el presente. He querido escribir sobre las famosas Navidades ya que para muchos es un tiempo de malos recuerdos, experiencias o simplemente un momento en el que parece que todo el mundo debe ser feliz; ¿ por qué? Porque así lo estipulan los cánones vitales.
Yo no soy el Grinch de la Navidad pero soy de las personas que inconscientemente me afectan y me llevan a momentos dolorosos, donde debo ir a comidas abundantes con familia y gente que no veo nunca y estar aguantando todo lo maravilloso que es su vida, aguantar ese consumismo voraz que acapara al ser humano (si no llevo bueno regalos que dirán de mi…) y mil historias más como estas. Yo sé que existe mucho dolor en personas ya que han sufrido duelos en esta época y marca más ahora porque cada año hay una navidad.
Lo que voy a hacer ahora es contradecirme porque no pienso eso ya, cada Navidad no es igual, la navidad es una época de juntarse familias, amigos y brindar por tonterías, pero no lo son, son momentos únicos, son instantes que nunca se repetirán y esas personas en mayor o menor grado están compartiendo contigo ese momento. Todas esas luces, esos gastos en decoración , regalos… no debemos verlo como un mal mayor solo hace falta recordar cuando éramos niños la ilusión que nos daba pasear y ver todo ese montaje, era nuestra mejor época del año.
Yo no tengo buenas experiencias la verdad pero no podemos vivir del pasado, es un ancla que nos lleva a repetir una y otra vez, hechos que ya ocurrieron que han madurado y que gracias a ellos tenemos la suerte de poder volver a ser esos NIÑOS, siento decir que no nosotros (Peter Pan no existe y por suerte crecemos de todas las formas) pero si a través de los ojos de ellos. ¿A quién no le cambia la cara cuando ve esa cara, la cara de la inocencia e ilusión? Creo que a nadie es más es una de las cosas por la que decoramos las casas, ponemos luces y preparamos nuestros mejores manjares para nuestros invitados… Yo diría que es una suerte poder compartir todos esos momentos, el tiempo nunca vuelve por eso la vida nos da estos momentos para que aunque sea en una fecha y no en otra, todos volvamos a casa y estemos con nuestros seres queridos.
Para todo eso no hace falta regalos, ni esfuerzos, ni mentiras… Nuestra cabeza nos lleva a esos momentos, siempre digo, nunca hay que olvidar pero si hay que aprender y en este caso es solo a sonreír ya que todo pasa pero lo que no vuelve nunca son los momentos ya que no existen instantes vacíos. Sino estas navidades fijaros a quien tenéis a vuestro alrededor y en los pequeños detalles veréis como SI es una época de magia y que une más a las personas, no tiene sentido que sea tan fuerte en un momento del año pero como es así hablemos con nuestras familias, lo bueno y lo malo, cuidemos de nuestros mayores porque como todos un día no estaremos , démosle ilusión a los niños ya que ellos no tienen la culpa de nada y rectifico nadie tiene la culpa de lo que no ha tenido elección, pero en este caso tienes elección, vive el momento y compártelo.
Lo digo de esta manera ya que yo no podía verlo así , para mí era un sufrimiento, idas y venidas de emociones... en resumen solo quería que pasara, Dios mío cuanto dolor ha pasado por mi sangre pero como todo la sangre se va renovando y el tiempo curando, nunca hay que dejar de aprender y este momento es una prueba en la que tu enemigo no es la Navidad sino nosotros , así que ganemos a esas experiencias vividas ya que como dice el verbo es pasado y yo solo se una cosa que lo que sucedió ayer no puedo hacer nada pero si puedo hacer algo ahora y a toda la gente que falta, a los nuevos que han llegado y los que llegaran, levantemos las copas una vez más porque ese es vuestro momento, vaciad la mente, rasgadla y cuando eso se produzca estarás conectada al momento.
Os deseo lo mejor y si no es el momento puedo asegurar que vendrá. Como dice un amigo “Ennavidate”.