OPINION

Sé tú mismo excepto si eres gilipollas

Miquel Pascual Aguiló | Sábado 04 de noviembre de 2017

“Sé tú mismo excepto si eres gilipollas, entonces, es mejor que seas otro”, esta frase atribuida al Dalai Lama, les va como anillo al dedo a todos los sátrapas (término que ha pasado a utilizarse en sentido coloquial y peyorativo como una persona que gobierna despóticamente), que han llevado a Cataluña a la increíble situación política actual.

Probablemente, la parodia más famosa del lenguaje administrativo, hasta el despropósito del acuerdo de la aprobación de la DUI catalana, se la debíamos a los hermanos Marx y a su surrealista diálogo en “Una noche en la ópera”. Groucho se dispone a fichar al tenor Ricardo Baroni (Zeppo), por eso se entrevista con su representante (Harpo), para discutir el contrato…¿por qué no hacemos que la primera parte de la segunda parte contratante sea la segunda parte de la primera parte?. Pues eso es lo que se hizo con la DUI pero en grado máximo y sin red.

Es que no se salva nadie, han destrozado la convivencia entre españoles y han ayudado a que la ultra derecha que estaba tranquila y agazapada en el seno del Partido popular salga a la calle. Esta salida, básicamente, ha sido provocada por los descabezados ex gobernantes catalanes con su irresponsable y maniquea actitud política (el maniqueísmo político es considerado como la actitud de ciertas personas, de dividir las ideas, o personas en dos grupos: los del bando bueno, y los del bando malo, en forma irreductible; como se observa a lo largo de los años, el maniqueo en política siempre asume que está en el lado bueno). Para los independentistas irreductibles ellos son los buenos y los que defienden la aplicación de la ley son los malos y los fachas.

Han demostrado que la lealtad entre ellos mismos no ha existido, se han mentido entre ellos y no solo a los ciudadanos, así se ha demostrado que miembros del equipo de Oriol Junqueras en el Departamento de Economía de la Generalitat ocultaron de forma voluntaria al presidente Carles Puigdemont, y al PDeCAT que la independencia era inviable económicamente.

Se les puede acusar de irresponsables, de payasos, de sinvergüenzas, de embusteros, pero lo que más están demostrando con su actividad, además de todo lo anterior, es que son unos egoístas y de que toda su actividad política estaba dirigida a dar lustre a su ego, sin importarles un ápice la vida de los que les han acompañado en esta aventura de locos y de delincuentes, ni la vida de los millones de catalanes, de los millones de españoles que han visto truncadas son expectativas de vivir en paz y concordia por sus ansias enfermizas de poder.

En el éxtasis de su inconmensurable cabalgata hacia la nada política el expresidente Puigdemont habría pedido a Rajoy para convocar elecciones en Cataluña, entre otras cosas, primero inmunidad penal y patrimonial para él, amnistía para Artur Mas, la retirada de la aplicación del artículo 155, sacar a la Policía y a la Guardia Civil de Cataluña, parar la actuación del fiscal y libertad para los Jordis, o sea que lo primero que pidió fue salvar su propio cuello y su patrimonio, sin importarle en absoluto el futuro de sus adláteres, ni el futuro de los catalanes.

Al parecer y hasta que vuelva a cambiar de opinión el expresidente va diciendo que se desplazó a Bruselas para denunciar a nivel internacional el mal trato que recibe del gobierno central español, denunciar el peligro que corre su vida y porque le entra el canguelo cada vez que piensa en que peligra su bisoñé si entra en prisión, cuando no hace mucho tiempo alardeaba de su decisión de entrar en prisión con paso firme y decidido, otra mentira y otro fracaso porque aparte de no haber recibido el apoyo de absolutamente ningún gobierno, la prensa internacional le ha tratado de mamarracho, farsante, embustero, cobarde, payaso y otras lindezas que harían sonrojar a cualquiera que tuviera un mínimo de vergüenza torera, lo que no ocurre con este personajillo bufo.

Por lo que y a pesar del anuncio que, con muy buen criterio, dice que: “Las putas insistimos en que los políticos no son hijos nuestros”, no nos queda más remedio que gritar: ¡Las putas al poder, porque sus hijos nos están jodiendo muy mal!

Noticias relacionadas