Martes 31 de octubre de 2017
Puigdemont huye a Bruselas y, ante semejante desafío, al Estado no le ha quedado más remedio que activar el más refinado mecanismo con el que cuenta: Rajoy y las croquetas. Tirando de paladar, como haría cualquier abuela para convencer al chiquillo, el presidente de España lo intenta y lo intenta, pero el catalán no cede. Será difícil.
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