La orden implica una revisión de la prohibición 'de facto' que rige sobre las mujeres. Las leyes no vetan expresamente que las mujeres conduzcan, pero los ciudadanos del reino están obligados a tener una licencia que las autoridades sólo conceden a los hombres.
Detrás de la medida se intuye que está el príncipe heredero Mohamed Bin Salmán y sus planes para modernizar el país con una mayor participación de las mujeres en la vida económica.
El paso, muy criticado por los sectores más conservadores ya ha sido aplaudida en las Naciones Unidas y por Estados Unidos que lo ve como "un gran paso en la dirección correcta".
Arabia Saudí se rige por una interpretación estricta del islam que penaliza de forma especial a las mujeres, que quedan supeditadas a la tutela de un hombre y deben ir completamente cubiertas. Los códigos morales en vigor restringen en gran medida su participación en la vida pública.