OPINION

Hasta el moño de llamadas comerciales

Francesca Jaume | Lunes 06 de febrero de 2017
Srs de Movistar, Vodafone, Yoigo, Orange o lo que sea,

No me llaméis más. En serio os lo digo. No os dejaré hablar más de dos segundos, y al colgar pondré el número en la lista negra. Si apreciáis vuestro tiempo no marquéis más mi número, que por cierto acaba en 13.

Estoy harta de vosotros. Harta de que cojáis todos los números posibles y llaméis “a saco” para ver si alguien pica aceptando un contrato verbal que vosotros grabáis (para utilizar a vuestra conveniencia) pero que en un 99,9% de los casos el incauto nuevo cliente no tendrá ocasión de registrar.

Cansada de que me vengáis con técnicas de venta consistentes en repetir como cacatúas mi nombre (o el que os he dado como mío) y que me digáis que lo que es una compra es casi un regalo o una oportunidad excepcional.

Aburrida de recibir llamadas a diario e incluso a horas intempestivas de la noche.

Incomodada por tener que elegir entre ser brusca y maleducada o explicar buenamente que la oferta no me interesa, sabiendo que ello me va a llevar cinco pesados minutos de mi valioso tiempo.

Hastiada de ver que todo lo que se compra por teléfono también se tiene que devolver, anular, reclamar del mismo modo, después infinitas llamadas e infinitos minutos esperando con el aparato en la oreja hablando con una máquina de un 902. De ver que si opto por ir físicamente a la tienda, después de estar unos treinta minutos esperando, la respuesta es que la solicitud se tiene que realizar por teléfono.

Hasta el moño de empresas que te llaman y cuando descuelgas escuchas un mensaje que te dice “manténgase a la espera”. ¿Será posible? no haberme llamado si no me podías atender.

Ya soy mayorcita, y tengo dispositivos electrónicos que me permiten buscar en internet todas las ofertas posibles. Si me interesa la vuestra, ya me pondré en contacto con vosotros, que bien que lo hago cuando es de mi interés o necesidad.

Queridos lectores, perdonad la vehemencia pero la paciencia humana llega a un límite. Alguien debería de parar ya el asedio que sufrimos todos por parte de las compañías telefónicas con sus llamadas indiscriminadas para captar clientes. Y ya sé que no sólo son las de telefonía las únicas empresas que basan de manera notoria su campo comercial en la televenta, pero es que son sin duda las más insistentes y persistentes. Cuando pensamos en llamadas comerciales todos focalizamos en ellas.

Les confesaré que he llegado a un punto que ya no descuelgo el teléfono fijo. Comprobé el pasado año que no recibí en él ni una sola llamada que no fuera comercial. Si no fuera por el ansiado wifi y por la televisión, el aparatito ya se hubiera ido a freír espárragos.

En fin, espero que se ponga fin a esta situación, ya sea a golpe de legislación o de decreto del Gobierno; porque lo que estamos sufriendo todos los conciudadanos es un auténtico asedio. A ver si alguien toma cartas en el asunto.

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